Es una línea formal de crédito de la fintech Finsocial, una solución innovadora gracias a la cual miles de personas podrán cumplir el sueño de tener casa propia y de este modo, dar un salto enorme en su calidad de vida y nivel patrimonial.
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[FOTOS] Además, durante 2022, 1,2 millones de colombianos accedieron por primera vez a productos financieros. El porcentaje de adultos con por lo menos un producto de crédito llegó al 36,2%, lo cual representa un aumento de 1,8 puntos porcentuales (pp) comparado con 2021.
La billetera digital le da la bienvenida a 3.2 millones de jóvenes para que puedan manejar responsablemente su dinero desde temprana edad.
El acceso a microcrédito productivo que tienen las zonas rurales del país se ubica más de 10 veces, por debajo de las zonas urbanas. Una realidad que las fintech pueden cambiar al expandir la frontera de los servicios financieros hacia la economía popular.
La Casita Roja se destaca en Colombia por su impacto en materia de innovación y sostenibilidad, para que todas las personas accedan a servicios y productos, acorde a sus necesidades.
La implementación de este nuevo modelo de negocio, que está reglamentando la Superintendencia Financiera, promete mejorar varios aspectos que han estancado a la industria en los últimos años.
Este es el sexto reconocimiento internacional que recibe la fintech Imix por su trabajo en pro de mejorar el acceso de actores de la economía popular a sistemas digitales financieros.
[VIDEO+FOTOS] La estrategia se basa en cuatro ejes principales: oportunidades de acceso al crédito para aquellos que han estado desatendidos; promoción de metodologías de financiamiento grupal y asociativo; gestión y acompañamiento en territorio de la población; y generación de capacidades financieras de la Economía Popular.
Con un modelo de anticipo de facturas, les permite a ese tipo de unidades empresariales una liquidez inmediata sin necesidad de endeudarse, para seguir aumentando el negocio.
Ellas destinan sus créditos en primer lugar a imprevistos de sus hijos, seguido del pago de servicios públicos, pago de préstamos y temas de salud, mercado o negocios propios y su morosidad es un 13% menor que la de los hombres.