La diversidad de género y la inclusión desempeñan un papel fundamental en el éxito y la sostenibilidad de las organizaciones de todo el mundo, de cualquier tipo e industria. La promoción de la inclusión y la equidad no solo es un imperativo ético, sino también una estrategia empresarial inteligente, que repercute significativamente en el desempeño general de las mismas.
Según datos relevados por un estudio liderado por el Programa de Promoción del Modelo de Empleo Inclusivo ´Recomendaciones, pautas y lineamientos para promover la inclusión laboral de los sectores sociales LGBTI con énfasis en personas trans´, en Bogotá el 60% de personas LGBT se sienten vulnerables en su trabajo por cuenta de la homofobia y la lesbofobia, y el 80% las personas trans advierten sentirse discriminadas en los procesos de búsqueda de empleo y contratación, por su identidad de género.
En esta línea, de acuerdo con datos del DANE, la tasa de desempleo para el sector LGBT para el año 2022 fue de 16,2%, mientras que para el resto de la población se ubicó en 13%. Así mismo, entre las ocupaciones de las personas de la comunidad predominan principalmente las actividades informales, con bajos niveles de protección y calidad del empleo, por ejemplo, el 27% de las personas LGBT no cuenta con un contrato formal.
“Teniendo en cuenta este contexto, como empresas tenemos una responsabilidad como agentes de transformación para mejorar las estadísticas en la empleabilidad gay, trans, travesti y no binaria, y ser facilitadores de trabajo formal, a través de estratégicas claras, facilitando los procesos de contratación, estar abiertos a la diversidad de manera transparente y no de palabras hacia afuera”, sostiene Harrison Caldas, líder de Recursos Humanos Natura &Co (Avon y Natura Colombia).
Harrison concluye que, desde la organización debemos propender por crear ambientes de trabajo y sociedades que valoran la diversidad y trabajan por la inclusión con compromiso, confianza y la colaboración, a través de acciones que permitan fomentar la diversidad como la contratación equitativa, la promoción basada en el mérito, la capacitación en sensibilización y diversidad, y la creación de redes de apoyo para empleados de la comunidad, así como se viene trabajando para las mujeres.
La diversidad de género y LGBT en el lugar de trabajo promueve la empatía, la tolerancia y la comprensión mutua entre los empleados, lo que a su vez mejora el clima laboral y reduce la discriminación y el acoso. Así mismo, aumenta la representación y participación de diferentes perspectivas, lo que favorece la toma de decisiones más sólidas y la generación de soluciones más innovadoras. También, según un estudio de McKinsey & Company, las organizaciones con mayor diversidad de género en su alta dirección tienen un 21% más de probabilidades de obtener rendimientos financieros por encima de la mediana nacional.
Crear culturas que apropian la diversidad como un factor diferencial y competitivo, es trabajo de todas las áreas, implica la integración de los sistemas, políticas, procedimientos, estrategia y por supuesto el talento humano. El liderazgo y la transformación viene de la mano de cada persona que decide creer y conoce el poder del cambio. Al creerlo, las empresas pueden cosechar los beneficios de la diversidad, entre ellos un mejor rendimiento financiero, mayor innovación y un clima laboral más saludable y productivo para todos.
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Por tanto, la invitación es a seguir involucrando a todos colaboradores en esta construcción colectiva a través de las acciones innovadoras y un plan de ruta claro, que nos lleve a estar alertas y comprometidos de manera activa a tener una cultura inclusiva que valora la diversidad, entendiendo el impacto de esto en la vida de las personas, nuestra organización y en la sociedad.
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