El pasado 27 de noviembre, los grupos afiliados a la organización terrorista Hayat Tahrir al Sham lanzaron una ofensiva a gran escala en las provincias sirias de Alepo e Idlib, por primera vez desde 2016.
Según el jefe del servicio médico del grupo ruso en Siria, coronel Alexandr Liséenko, la ayuda humanitaria se está distribuyendo en todas las ciudades afectadas por el sismo.
El balance provisional del cataclismo es de al menos 14.000 muertos y 63.000 heridos en Turquía, a los que se suman al menos 1.200 víctimas mortales y más de 2.000 lesionados en Siria.
Desde Acnudh se estima que los sirios necesitan un apoyo reforzado de la comunidad internacional en medio del invierno difícil, el brote de cólera, las hostilidades y ahora la emergencia por el terremoto.
“Según las últimas cifras, 175 edificios se han derrumbado en Alepo, Latakia y Hama. Murieron 1.509 personas y 3.548 resultaron heridas. Solo en Hama y Latakia cientos de personas siguen desaparecidas”, señaló Mads Brinch Hansen en una reunión informativa de la ONU.
Según el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, un total de 12.181 personas se han volcado en las labores de búsqueda y rescate, usando como base logística la ciudad de Adana, en el sur. Además, Turquía ha recibido ayuda de 14 países.
Un terremoto devastador sacudió a las 01:17 GMT de este lunes varias provincias del sureste de Turquía y del noroeste de Siria. Para las 10:23 GMT se registraron decenas de réplicas, la más fuerte, de magnitud 6,6.
El barco salió del Líbano a principios de semana, con ciudadanos sirios, libaneses y palestinos a bordo, así como personas de nacionalidades no precisadas. Uno de los sobrevivientes estimó que el número de pasajeros era de unos 150.
Tras el Ángelus, el Sumo Pontífice lanzó un nuevo llamado a la comunidad internacional en favor de la “amada y martirizada Siria”, 10 años después del inicio del conflicto.