Prosperidad Social invirtió durante este periodo de Gobierno más de 22 billones de pesos en los programas de transferencias monetarias y de inclusión productiva, para acompañamiento específico a mujeres y a hogares, organizaciones o colectivos representados por mujeres. La directora de la entidad, Susana Correa Borrero, reveló la cifra este martes, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo.
El mayor peso de esa cifra corresponde a transferencias monetarias: 21,5 billones de pesos. Es una inversión en programas centrales en las políticas para la superación de la pobreza, que, según Correa, no están desconectados de otra meta central del Gobierno y de toda sociedad: el cierre de brechas que afectan a las mujeres.
En el marco de la conmemoración, la entidad revisó el aporte de sus programas a la garantía de cuatro derechos, entre todos los que deben garantizarse para potenciar la igualdad de género: participación, derecho al trabajo en condiciones de igualdad y equidad, derecho al hábitat y una vivienda digna, y derecho de las mujeres a una vida libre de violencias.
Correa resaltó el esfuerzo en programas de inclusión productiva, que invirtieron desde inicio de periodo de Gobierno más de 525.000 millones de pesos en acompañamiento a mujeres y a hogares, colectivos u organizaciones representadas por mujeres. Entre estos están los programas de apoyo a negocios individuales –como Mi negocio–, de intervenciones rurales integrales para hogares víctima de desplazamiento –Familias en su Tierra– y de seguridad alimentaria y desarrollo colectivo para comunidades –Iraca y ReSA–.
“En nuestros programas de empleabilidad, más del 60 por ciento de participantes son mujeres”, dijo. Uno de estos programas, Empléate, ha contribuido además a la identificación de las barreras de las mujeres para acceder al mercado laboral: dificultad de emplear mujeres mayores de 40 años, tipificación de cargos y horarios laborales inflexibles para las mujeres que son madres de familia o cuidadoras sin redes de apoyo. Esto ha permitido diseñar nuevas versiones del programa, para mitigar esas barreras.
La entidad es una de las administradoras del programa Casa Digna Vida Digna, que también ha tenido mayor participación de mujeres. Desde su implementación, las mujeres propietarias o poseedoras han sido el 56 por ciento del total de propietarios o poseedores de las viviendas intervenidas.
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En estos años ha sido demostrado el efecto de los programas de transferencias monetarias en la mitigación de la pobreza y la importancia en la estrategia para enfrentar la crisis social por la pandemia: Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Ingreso Solidario, Devolución del IVA y Colombia Mayor. Los dos primeros, además, fueron modernizados, gracias a procesos que incorporaron acciones y enfoques para aportar a la eliminación de las brechas de género. Entre estas están estrategias de participación, formación e información para promover el derecho a una vida libre de violencias de las mujeres.
“Estamos convencidas de que el trabajo por la superación de la pobreza debe ir de la mano del trabajo por reducir las brechas entre mujeres y hombres; y de que el trabajo por superar pobreza tiene como principales protagonistas a las mujeres” dijo Correa.
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