Fernando Amaya se defendió de su agresor con un viejo revolver de su padre fallecido y hoy está ad portas de perder su libertad. Sus abogados solicitan a la Fiscalía un principio de oportunidad y afirman que Amaya no es un riesgo para la sociedad.
Fernando Amaya se defendió de su agresor con un viejo revolver de su padre fallecido y hoy está ad portas de perder su libertad. Sus abogados solicitan a la Fiscalía un principio de oportunidad y afirman que Amaya no es un riesgo para la sociedad.