Según la investigación, Shinji Aoba irrumpió en el estudio Kyoto Animation (KyoAni) en julio de 2019 con dos bidones de gasolina, roció el combustible y le prendió fuego al parecer por venganza. El hombre afirmó que el estudio le había robado la trama de una novela. KyoAni negó esas acusaciones.