Veinticuatro piezas integran la muestra de los artistas Sebastián Caicedo y Jairo Llano, propuestas que dialogan de manera natural a partir de un punto en común, generando experiencias que cuestionan y amplían la percepción visual del espectador, tras nacer de la escultura y expandirse hacia territorios donde el diseño, la fotografía y el arte convergen.
La unión de sus trabajos no solo resalta la solidez de sus trayectorias individuales, sino que abre un espacio donde sus lenguajes se entrelazan para construir nuevas lecturas de lo real, invitando al público a sumergirse en un universo de formas, símbolos y metáforas compartidas.
En el diálogo entre la fotografía de Jairo Llano y la escultura pictórica de Sebastián Caicedo, el espectador encuentra una experiencia que va más allá de la contemplación estética: se enfrenta a un cuestionamiento de sus propios referentes visuales y emocionales. Llano convierte lo efímero en memoria duradera, rescatando la poesía de lo transitorio; mientras que Caicedo tensiona los límites entre disciplinas, desafiando la rigidez de la forma y abriendo un espacio a la variación infinita.
Al visitar la exposición es imposible no experimentar un cruce sensorial que invita a repensar qué entiende cada persona por esa palabra: “realidad”. Es una oportunidad de descubrir cómo lo cotidiano puede transformarse en metáfora, cómo el color y la geometría pueden vibrar en movimiento, y cómo la fragilidad de un instante puede convertirse en símbolo trascendente.
Sebastián Caicedo, a través de contrastes en la expresión humana, la producción, la forma y el acabado, plantea la dualidad entre dos grandes saberes. Su propuesta busca generar conversaciones en las que confluyen especiales dimensiones, expresando, en última instancia, su propia esencia como hombre.
En la obra “Se detiene el tiempo”, Jairo Llano presenta esculturas efímeras en papel que evocan lo arquitectónico: formas que pueden moldearse, pero que inevitablemente se desvanecen. Frente a esta fragilidad, la fotografía actúa como contraparte y testigo, preservando el instante y otorgándole permanencia. La escultura, libre y sin ataduras, existe apenas por un minuto, mientras que la imagen fotográfica se convierte en la narradora que inmortaliza su breve existencia.
De acuerdo con Marcela Tibaduiza, codirectora de 5 Sentidos Art Gallery, “la exposición responde al propósito fundamental de este espacio cultural: invitar al espectador a vivir y percibir el arte a través de los sentidos. En Realidades Alteradas, la visión se convierte en el canal principal de la experiencia, al enfrentarse con obras que engañan y retan la percepción”.
Las esculturas de Sebastián Caicedo, realizadas en aluminio, se muestran como delicadas piezas de papel, mientras que las obras de Jairo Llano, creadas en papel, se perciben como estructuras tridimensionales que desafían la mirada. “Este juego visual genera una experiencia sensorial única, en la que lo material y lo aparente se confunden, llevando al espectador a cuestionar lo real y a descubrir nuevas formas de sentir el arte”.
La invitación es a dejarse sorprender por una experiencia sensorial que juega con la percepción y transforma lo real. Realidades Alteradas convoca al público a explorar cómo la materia puede engañar al ojo: esculturas de aluminio que parecen papel y estructuras de papel que se perciben como bidimensionales. “Es una oportunidad para descubrir cómo dos artistas, desde lenguajes muy similares pero a la vez muy distintos, logran expandir los límites de lo cotidiano y abrir un espacio de diálogo entre arte, diseño, arquitectura y fotografía. El público está invitado a observar con detenimiento, a cuestionar lo que ve y, sobre todo, a vivir el arte a través de los sentidos”, puntualiza Tibaduiza.
Un encuentro entre la fotografía de Jairo Llano y la escultura pictórica de Sebastián Caicedo
Dos lenguajes que, convergen en desplazar las certezas de lo que llamamos “realidad”, tanto en la manipulación de la materia, así como en la mirada a través de un lente. Esto es lo que plantea la exposición, según indica el curador Ányelo López: “Llano, convierte la fotografía en un laboratorio de identidad y memoria con composiciones que surgen de esculturas efímeras en papel, desestabilizando la quietud y transformando lo cotidiano en metáfora, permitiendo que el registro supere a la fragilidad y se transfigure en un momento imperecedero cargado de simbolismo y esencia que invita a descubrir la belleza de la brevedad.
Caicedo, desde el color, la geometría y el pliegue, tensiona los límites entre pintura y escultura, generando vínculos en la repetición cromática y los universos modulares para que convivan entre sí por intermedio de la potencia expresiva de la materia. Su trabajo con cortes, ensamblajes y repeticiones, se modifica gracias a las variaciones infinitas que permiten al espectador a deliberar la forma y a apreciar el juego intrínseco de la tonalidad.
Dos artistas, dos propuestas, dos estilos que se reúnen en una misma premisa: alterar la realidad para expandirla y trastocar la percepción de lo real”.
La obra de Jairo Llano es un instante que ya pasó pero que cobra vida con cada mirada, y tiene futuro al ser compartida
La foto mantiene el presente (que ya es pasado) y se convierte al mismo tiempo en futuro por la permanencia, por mantener ese instante y compartirlo con los demás. Hay un “juego” en el objeto, en las obras, hay una escultura y parece volumétrico pero realmente es fotografía plana y cuando son muchas las miradas, distintas son las interpretaciones y cada vez una obra nueva en quien la aprecia.
“Las piezas se desbaratan en menos de un minuto, es un papel doblado y puesto y muy frágil. Un soplido acaba con la escultura, con esa pieza que trabajé para encontrar la manera estética de que a los papeles les llegue la luz, tengan una geometría específica y me permitan captar un instante de tiempo. Hay una suma de técnicas aquí: el artista que invierte su tiempo, la escultura como herramienta para la comunicación, para conectarse con ese momento y la foto que en su misma esencia captura el momento antes y después y quien adquiere la obra, se lleva el testimonio de un instante donde la escultura existió y se transformó en fotografía. Una escultura efímera e inmortal al mismo tiempo. Es un registro intencionado en el tema estético para que la imagen despierte sentidos y emociones en el espectador”, dice Jairo Llano sobre su trabajo.
Escarlata + (Escarlata Plus) es el título que Llano ha encontrado para bautizar una de las series que exhibe en 5 sentidos Art Gallery. “Y esta la razón de la pared completamente pintada de rojo, dominando la exposición. Es escarlata por la intensidad de este color, porque lo asocio con las emociones y sensaciones en las que me encuentro… esta es la inspiración, el rojo, muy cercano a lo viceral, a la sangre y esto se traduce en etapa de crecimiento, de introspección para preguntarme por qué hago lo que hago, por qué estoy aquí, el significado de la vida; el rojo conecta con la vida, el escarlata son pálpitos que significan vida, presencia, existencia. Es una exposición que busca confrontarte con lo que ves y abre una ventana a que mires la obra a través de tu propia consciencia, reflejo de espejo, el arte pensado desde la propia experiencia del espectador”.
El tiempo como estructura, el aluminio para la creación. Entre lo industrial y lo artístico… Así son las piezas de Sebastián Caicedo
“Mis obras no surgen de un único momento de inspiración repentina, sino de un proceso continuo de acumulación de narrativas y datos. En ellas confluyen la información, las experiencias y las referencias a la historia del arte y la arquitectura que he ido reuniendo desde el inicio de mi práctica artística. Cada pieza es, en ese sentido, el resultado de un tejido de memorias y aprendizajes que se sedimentan con el tiempo.”
Las piezas de Caicedo parten de un material noble y cargado de resonancias: el aluminio. En manos del artista, su maleabilidad permite transformarlo hasta hacerlo parecer papel, generando un juego perceptivo en el que la materia y la apariencia se confunden. Alterar el aluminio —metal suave, dúctil y al mismo tiempo resistente— es también un modo de alterar la realidad, de trastocar lo que se da por sentado para abrir nuevas posibilidades de lectura.
Las flores, cuya presencia remite a la tradición pictórica de los bodegones, uno de los temas principales en sus obras. A través de un proceso de apropiación y observación, el artista revisita ese legado y lo proyecta en el presente, proponiendo un híbrido entre pintura y escultura. Aunque presentadas con un aire clásico, las piezas adquieren una corporeidad intensamente escultórica. La flor, como símbolo histórico que atraviesa siglos de arte occidental, conserva su carga de belleza y fragilidad: lo efímero de la vida, el ciclo entre nacimiento y muerte. En este trabajo, sin embargo, esa imagen se resignifica, convirtiéndose en una herramienta para investigar el tiempo y confrontar la superficialidad de nuestra mirada contemporánea, muchas veces centrada únicamente en lo bello y olvidando las capas de significado que lo sustentan.
El uso del aluminio no es casual. Se conecta con la herencia de artistas como Edgar Negret, para quien el metal fue también un medio esencial, y responde a la formación interdisciplinaria del autor: artista formado en la Universidad de los Andes y arquitecto en Estados Unidos. Su práctica une el rigor del proceso industrial con la libertad de la creación artística, estableciendo un encuentro fértil entre arte y arquitectura, entre lo técnico y lo poético.
Esa búsqueda se manifiesta también en otras esculturas que exploran gestos propios de la pintura. Aquí, el doblez del metal sustituye a la pincelada, generando trazos espontáneos e irrepetibles que evocan los gestos de la abstracción pictórica, pero traducidos al lenguaje de la escultura. El resultado es una reinterpretación material y conceptual: la pintura se hace cuerpo en el metal, y el metal, a su vez, adquiere ligereza de trazo.
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Finalmente, el artista invita al espectador a detenerse en la relación entre color, material y espacio. Sus obras alteran la percepción del entorno, proponiendo experiencias que transforman la manera de habitar y de mirar. En ese cruce disciplinar entre arte y arquitectura, tradición e innovación, se afirma una investigación que, desde el presente, dialoga con la historia y proyecta nuevas formas de sensibilidad.
Exposición: Realidades Alteradas
Lugar: 5 Sentidos Art Gallery
Dirección: Carrera 21 # 100 – 20 Piso 6 – Bogotá.
Horario: Lunes a Sábado, 9:00 am a 5:00 pm.
Entrada: Sin costo.
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