Aon plc (NYSE: AON), empresa líder mundial en servicios profesionales, ha realizado un análisis que examina las tendencias emergentes en el comercio global y sus impactos. Actualmente, el comercio, se enfrenta a una serie de desafíos crecientes, como la inestabilidad geopolítica, la inflación, el cambio climático y la escasez de mano de obra, que están generando un panorama cada vez más complejo y volátil. En un contexto donde se proyecta un crecimiento en la economía colombiana entre un 2.4 por ciento según la Anif y un 3.1 por ciento de acuerdo con el Banco Mundial en 2025, impulsados por sectores estratégicos como la manufactura, la energía y las exportaciones, se debe fortalecer la capacidad de adaptación empresarial para gestionar estos riesgos emergentes.
Además, desafíos como las filtraciones de datos, las amenazas políticas y las fluctuaciones económicas globales, son otros factores que impactan directamente en el comercio y en la estabilidad de los mercados y es importante saber gestionarlas. Puesto que, según el Informe Global de Gestión de Riesgos, los cambios regulatorios y legislativos, junto con los riesgos políticos, ocupan el primer y segundo lugar entre los 10 principales riesgos en Colombia, afectando al 45,6 por ciento y al 31 por ciento de las organizaciones, respectivamente. Además, los ciberataques se sitúan como el cuarto riesgo más relevante, generando pérdidas al 17,1 por ciento de las compañías colombianas. Por otro lado, las fluctuaciones en el tipo de cambio, ubicándose en el noveno lugar, provocan pérdidas al 63 por ciento del sector empresarial. Finalmente, la falla en las cadenas de suministro ocupa el décimo lugar, afectando al 40,7 por ciento de las empresas.
Cabe destacar que, en los últimos años las cadenas de suministro en Colombia han sufrido graves interrupciones debido a fenómenos sociales y políticos, lo que ha tenido un alto costo económico. Un ejemplo de ello es el Paro de Transportadores de 2024, que tuvo una duración de cuatro días y generó pérdidas de aproximadamente $1,200 millones de dólares, de acuerdo con Analdex. Esto evidencia la fragilidad de las operaciones logísticas y resalta la necesidad urgente de adoptar estrategias más robustas para mitigar futuras disrupciones. Incluso, el costo logístico en Colombia representa el 17,9 por ciento del PIB, siendo el transporte el factor más significativo, representando un 35,9 por ciento del total, lo que resalta la importancia de fortalecer las cadenas de suministro para garantizar su estabilidad y continuidad.
De igual forma, los riesgos derivados del cambio climático están alterando las dinámicas logísticas empresariales a nivel mundial, según el Informe de Clima y Catástrofes 2024, durante el 2024, a nivel global, se contabilizaron pérdidas de $368,000 millones de dólares debido a desastres naturales, de las cuáles solamente $145,000 millones de dólares de estaban aseguradas. Debido a lo anterior, las empresas latinoamericanas, incluidas las colombianas, deben integrar estrategias de sostenibilidad en sus operaciones para anticiparse a los impactos derivados de eventos climáticos extremos en los próximos años y prever pérdidas económicas significativas en sus operaciones.
“Las dinámicas del comercio global están cambiando, y las empresas en Colombia y América Latina deben estar más preparadas que nunca para gestionar amenazas. Es crucial que las organizaciones adapten sus estrategias de gestión de riesgos para enfrentar la volatilidad económica, política y climática. Desde Aon, nuestro compromiso es acompañar a las empresas en el desarrollo de soluciones personalizadas que fortalezcan su resiliencia y les permitan aprovechar las oportunidades de crecimiento en este entorno desafiante”, destacó Andrés Sánchez, líder de Consultoría en Riesgos de Aon para Colombia, Perú y Ecuador.
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Para enfrentar los riesgos emergentes del comercio global, Aon destaca tres oportunidades clave para las empresas. En primer lugar, se debe construir una estrategia de cadena de suministro única que brinde visibilidad completa sobre proveedores y su dependencia de terceros, utilizando datos y análisis para identificar y mitigar riesgos. En segundo lugar, las empresas deben aprovechar los datos y el análisis para evaluar y auditar a los proveedores, ajustando su estrategia de suministro según sea necesario para reducir riesgos. Finalmente, es fundamental considerar la transferencia de riesgos a través de soluciones de seguros, que protejan contra interrupciones en la cadena de suministro y transacciones complejas, como fusiones y adquisiciones. Estas estrategias, apoyadas por el uso inteligente de datos, permiten a las organizaciones anticiparse a los imprevistos y fortalecer su resiliencia frente a un entorno comercial cada vez más incierto.
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