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Una buena educación financiera logra la superación de la pobreza y el crecimiento económico

Desarrollo Internacional Desjardins le apuesta a la educación financiera como mecanismo para la superación de la pobreza y el crecimiento económico, ya que según Banca de las Oportunidades, un 58% de los adultos colombianos ni ahorran ni invierten.

La educación financiera en Colombia sigue siendo un desafío significativo. Según la CAF, el índice de educación financiera del país se sitúa en 12.5 puntos sobre un máximo de 21, un 52% de las personas no usa ninguna herramienta financiera para planificar y controlar sus gastos, y un alarmante 58% de los adultos colombianos se consideran “NINIs” financieros, es decir, ni ahorran ni invierten, según Banca de las Oportunidades.

Para todas las personas la educación financiera es una necesidad, pero más cuando se habla de población vulnerable. Mientras que una persona que cuenta con un mínimo entendimiento financiero, un trabajo formal, un ahorro, o con cierta estabilidad económica, puede acceder a financiación para invertir y crecer económicamente; una persona vulnerable, y sin conocimientos financieros, debe lidiar con flujos irregulares de dinero además de emergencias, sin la posibilidad de financiación formal. Sin acceso a préstamos formales terminan apelando a múltiples fuentes informales para solventar su situación, usualmente a riesgos desproporcionados y altos costos: parientes, amigos, usureros.

Dada esta problemática, y entendiendo que sin educación financiera no hay inclusión financiera posible, Desarrollo Internacional Desjardins (DID) se ha comprometido a brindar herramientas para ayudar a jóvenes y mujeres rurales en Colombia a transformar estos hábitos y a tender puentes con instituciones financieras a través de la ejecución del programa Profem.

Gracias a este esfuerzo, se han capacitado a más de 30 mil mujeres y jóvenes rurales que hoy cuentan con mayores oportunidades de crecer económicamente, de ser financieramente independientes, y de tomar mejores decisiones para su vida.

“Los resultados de nuestro programa demuestran una clara mejora en los conocimientos y hábitos financieros de nuestros participantes”, afirma Catalina Jiménez, directora de la Oficina Regional de DID para América Latina. “Nuestro enfoque adaptado a las necesidades de mujeres y jóvenes rurales ha sido fundamental para lograr estos avances. Desde su implementación, Profem ha logrado certificar alrededor de 16 mil personas, con un 75% de participantes mujeres. Esto se ha logrado mediante la colaboración con diversas entidades aliadas, incluyendo la Fundación Bancolombia, la Compañía Nacional de Chocolates y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.”

Además, la inversión en educación financiera no solo beneficia a los emprendedores, sino que también representa una oportunidad para las grandes empresas que colaboran con ellos. La mejora en los hábitos financieros de los productores puede resultar en unidades de negocio más productivas y en productos de mejor calidad.

Para el éxito del programa se incluyeron estrategias innovadoras para ajustarse a los perfiles de la población a ser atendida. Se diseñaron metodologías personalizadas llevando los capacitadores al sitio donde habitaban las mujeres y los jóvenes, el material se ajustó según el producto o línea de negocio, y se dio la opción de mezclar la parte presencial con lo virtual para el fortalecimiento del conocimiento.

Saber administrar el dinero es muy importante para mí. Me gustaría seguir aprendiendo y emprendiendo de la mano de la Compañía Nacional de Chocolates. Esta formación, la feria financiera al final…¡nos encantó! Una experiencia fácil y entretenida para haber sido un taller educativo”, afirma, Dina Luz Lozano, emprendedora y productora de cacao.

Como resultado, más del 50% de las personas recibieron su certificación por haber terminado el curso, y alrededor del 100% fueron puestas en contacto con instituciones financieras para que pudieran acceder a un crédito productivo. Se lograron más de 16 mil créditos con un monto promedio de 11.5 millones de pesos, movilizando un total de 120 mil millones de pesos. “El 82% de los beneficiarios fueron mujeres, un grupo históricamente subrepresentado en el acceso a financiamiento“, añade Felipe Rangel, director del Proyecto PROFEM DID.

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Además, se implementó un mecanismo Inclusivo de Garantías, asociándose con siete instituciones financieras para garantizar 3.787 créditos, de los cuales el 81.4% corresponde a nuevos clientes. Esto ha permitido a más mujeres y jóvenes acceder a oportunidades de financiamiento que antes les eran inaccesibles.

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