“Texto” y “tejido” son dos palabras con un origen común, la palabra latina texere que significa ‘tejer’. Entonces, un texto es un tejido de palabras entrelazadas como lo es un tejido de hilos entrelazados que produce una tela, un vestido o un tapiz. “La exposición Entre hilos que se exhibe en el Centro Colombo Americano de Bogotá, sede Centro, nos muestra el trabajo de 34 artistas colombianos en torno al hilo como material o como medio para expresar sus posiciones frente a temas como los falsos positivos, contados por las madres de los jóvenes asesinados, los roles y violencia de género, la memoria, la naturaleza, la falta de contacto físico de las personas durante la pandemia, entre otros. En esta exposición los hilos se tejen, se entretejen y nos cuentan historias con tramas”, señala Maricela Vélez, directora cultural del Centro Colombo Americano de Bogotá.
La curaduría propone pensar el hilo como un elemento que forma estructuras a partir de la acción de unir/entrelazar/tejer, siendo el punto primordial de este ejercicio expositivo que reúne artistas de diferentes generaciones, quienes a través de sus obras evidencian el constante diálogo que tienen con la experimentación y la tradición, en busca de sus propios lenguajes, creados a partir de narrativas que hilan ideas, pensamientos y preocupaciones, propias de sus procesos artísticos.
Entre hilos surge de un trabajo curatorial que plantea pensar las posibilidades que brinda un material tradicional llevado al ámbito artístico. Una mirada expandida del hilo como concepto y materialidad, que invita constantemente a preguntarse ¿Qué se cuenta entre hilos? Los curadores de Entre hilos, Natalia Cardona y Alejandro Triana, seleccionaron una muestra amplia y diversa de creadores colombianos que exploran el mundo textil y sus posibilidades artísticas. Estos son algunos de ellos y ellas:
Cecilia Arenas: Esta pieza de la señora Cecilia Arenas hace parte de los procesos de memoria realizados por las Madres de los Falsos Positivos de Colombia – MAFAPO, derivados de las acciones sucedidas a sus familiares.
Maira Bertel: Ponte en su piel, Bordados, Dimensiones variables.
La obra consiste en una instalación que busca provocar una reflexión sobre la violencia de género, hacia las mujeres y las mujeres trans, más específicamente la que termina en el fatal feminicidio (en el caso de las mujeres Trans, aún no están tipificadas como tales).
Cada piel fue elaborada con medidas reales de mujeres voluntarias de la ciudad de Sincelejo y dicha piel corresponde a cada una de las mujeres y mujeres trans que fueron asesinadas en el marco de la pandemia entre el 2020 y febrero de 2021 en la ciudad de Cartagena, respectivas ciudades donde la obra fue expuesta en el espacio público, cabe señalar que estos casos de feminicidio fueron invisibilizados por la crisis sanitaria mundial.
Cada una de las pieles fue bordada recreando la herida que sufrió la víctima al momento de sufrir la vejación, adicionalmente las pieles cuentan con etiquetas que permiten leer la información sobre el femicidio sin comprometer la identidad de la víctima.
Ponte en su piel no trata de estetizar el dolor: trata de enunciar la afrenta en un cuerpo metafóricamente construido como piel que cuelga en un mostrador, para ser observado, apropiado, creando empatía con lo sucedido, impregnado de un mensaje cuestionador, pero al mismo tiempo reparador.
Andrea Rodríguez: Recuerdo tejido. Tejido a crochet o ganchillo. 6 x 1 mts.2017 – 2018.
“En mis días de soledad recuerdo el abrigo de una cobija, cubriéndome, arrullándome entre sus hilos, entre su olor tan particular que genera una especie de tranquilidad, pero es simplemente un recuerdo. En realidad, estoy sobre otra cama, con otra cobija, en otro lugar y en otro tiempo, y siento que la vida ha transcurrido y que ese momento se quedó inmóvil en el pasado. Y así, sigo pensando en mis recuerdos vividos, que a lo mejor no son exactamente como los veo en mi memoria, tal vez solo son producto de mi imaginación, esa que me ayuda a recrearlos y a volverlos recuerdos nuevos”.
A lo largo de mi trayectoria artística he tenido especial interés por explorar e indagar el territorio, desde caminar, observar y conocer el lugar en el que habité gran parte de mi vida hasta representarlo en mi proceso artístico y plástico. El estudio del objeto de memoria es una manera de aproximar en el arte contemporáneo las nuevas formas de ver y crear arte, por ejemplo, la reivindicación del objeto cotidiano o el objeto tejido el cual históricamente ha sido visto como un utensilio doméstico o de decoración., ese objeto obtenido de algún lugar y que ha sido guardado como recuerdo o conservado por algún tipo de afección ahora pasa a ser el mismo la obra de arte.
Natalia Manzo: Un abrazo en la distancia. Bordado. 48 x 48 cm.
Hay una teoría que vi una vez y se relaciona con el cuerpo: cuando alguien entra en un ataque de ansiedad o pánico, muchas veces un abrazo reconforta, pero no por lo emotivo que puede ser el contacto, sino de cierta manera el cuerpo en un momento de crisis se altera a tal punto que es necesario suprimir el sistema nervioso con una larga y fuerte presión sobre el cuerpo para que comience a estabilizarse.
Durante la pandemia reconocí en otros y en mí estados de ansiedad, necesitaba un abrazo y necesitaba abrazar, algo imposible en épocas de cero contactos. Un abrazo sana y tal vez como un acto romántico encontré que en el bordado el hilo abraza la tela en cada puntada. Anudando calmé mi ansiedad, como si me abrazara a mí misma al bordar y al representar este abrazo lo compartí en su momento virtualmente, buscando que tal vez un otro se pudiera sentir reconfortado en esos tiempos de distanciamiento social.
Amalgama Lunar: Palabras oraculares. Dimensiones variables. 2023.
Es una propuesta de instalación con 300 palabras oraculares por descubrir que tiene como sustento la imagen erigida desde lo individual/colectivo y tiene la necesidad de establecer una memoria rizomática, acudiendo a dispositivo de resiliencia colectiva. El dispositivo está conformado por un círculo contenedor que simboliza la fuerza, la elegancia el universo y el vacío, interconectado con 300 hilos de algodón que contienen 300 trozos de tela de fibras naturales tinturadas con pigmento natural de color amarillo que simboliza alegría y así mismo ayuda a que la memoria retenga lo que se escriba sobre este color, cada trozo de tela tiene una palabra bordada o escrita, tiene la cualidad de poseer dos caras que permite movimiento y doble lectura. El público es invitado a activar este dispositivo de resiliencia colectiva que funciona cuando una persona o varias bordan las palabras que se encuentran a lápiz con la aguja e hilo que están en los trozos de tela. Técnica: Instalación, bordado sobre tela.
Dr. Xikaria Stigmatta
Esta obra mezcla una nostálgica máquina de coser con especies vegetales, creando un ambiente que combina en armonía los sustratos de las plantas con lo inerte del objeto que insinúa vida a través de los recuerdos que provoca. Entonces los hilos que la naturaleza pacientemente teje resignifican el objeto como una metáfora en una sola pieza hecha por elementos que tienen en común el amor de muchas mujeres, que, entre las plantas y las labores de confecciones, tejieron y tejen vida.
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Artistas: Alejandra Fonseca, Amalgama Lunar, Ana Calle, Ana Isabel Diez, Ana María Chamucero, Ana Milena Gómez, Andrea García, Andrea Rodríguez, Angélica Chavarro, Angélica Teuta, Carlos Alarcón, Catalina López, Cecilia Arenas, Diana Murcia, Dr. Xikaria, Evelyn Tovar, Francisco Quijano, Germán Arrubla, Gloria Herazo, Iván Cano, Jairo Rueda, Jorge Rodríguez, Luz Helena Caballero, MAFAPO, Maira Bertel, María del Pilar Cuellar, María Lucía Diaz, Mariana Gómez, Martha Florián, Natalia Manzo, Rosswitha Sánchez, Sandra Pertuz, Santiago Leal, Verónica Madrid-Malo.
La exposición se inaugurará el 19 de octubre a las 6:30 p.m. y estará abierta al público hasta el 20 de enero de 2024 en el Centro Colombo Americano, Sala de exposiciones Sede Centro, Calle 19 No. 2A – 49, Bogotá.
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