La tecnología digital desde hace años hace parte de la vida cotidiana de los colombianos, y a partir del 2015 incrementó su uso en la forma en que las personas manejan sus finanzas personales. Esto debido al aumento de soluciones online que sacaron al mercado bancos y fintech.
En medio de este crecimiento del sector, las fintech empezaron a jugar un papel protagónico al ofrecer dentro de una misma app una serie de servicios que antes solo se podían obtener en un banco. Entre ellos destaca el de la billetera virtual, que fue clave durante el 2020 para entregar los subsidios de Ingreso Solidario a más de tres millones de personas. Apps como Nequi, que hoy tiene más de 13 millones de usuarios, o Daviplata, que tiene cerca de 14 millones, fueron cruciales en esta política pública.
Esta capacidad de los sistemas digitales, que mostró su potencial durante los confinamientos al intentar mantener sobre la línea de pobreza a más de diez millones de hogares, hoy parece ser la clave para los nuevos modelos de negocio que va a reglamentar la Superintendencia Financiera, como lo es el Open Data.
El plan de la Superfinanciera incorpora ya los modelos de Open Banking y Open Finance para dar paso al nivel más desarrollado de datos abiertos. Las apps financieras son claves para un buen desarrollo de estos modelos, pues, si cumplen con altos estándares de calidad, permiten clasificar, segmentar y jerarquizar los datos de mejor manera.
“La digitalización y los datos abiertos necesitan de soluciones de punta a punta. No basta con una excelente agregación bancaria. Se necesitan PFM (Personal Finance Management, en inglés), API’s funcionales, analítica de datos con algoritmos probados, e incluso modelos de actuaría”, comentó José Luis López, CEO y co fundador de Finerio Connect, una fintech de Open Banking especializada en digitalización y soluciones de datos abiertos.
Compañías como Finerio Connect, que han acompañado la implementación de estos modelos de negocio en países de la región como México, Brasil y Chile de la mano de expertos en API’s como Ozone API, de origen británico, aseguran que se necesita infraestructura y experiencia en asuntos digitales que tenga una visión integral del proceso y no solo conocimiento en Open Finance u Open Banking, que solo se refiere a la integración de datos financieros y bancarios, respectivamente.
“Celebramos que la Superfinanciera pensara en una regulación de un modelo de negocio más ambicioso, con miras a ser los más competitivos del mundo. Con el campo de juego demarcado y las reglas claras, todo va ser más fácil y los beneficiados serán los usuarios del sistema y las compañías que mejorarán sus productos y servicios debido a la competencia”, aseguró López.
Lo cierto es que los modelos de datos abiertos, sean financieros, bancarios o datos en sí serán una prioridad en el próximo cuatrienio, pues en el Plan Nacional de Desarrollo se les dedicó un artículo con miras a mejorar la inclusión financiera de los excluidos del sistema.
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En el mundo hay 80 países donde ya existe una regulación de los datos abiertos o están en proceso de implementarla. La Unión Europea lidera este indicador a nivel mundial. La regulación a cargo de la Superintendencia Financiera, que será presentada el próximo 2 de junio, tiene un plan de acción inicia en el 2023 con agregación bancaria y proyecta terminar en el 2026, con la fase 3 que permitirá la convergencia de datos de compañías financieras, del sector salud, telecomunicaciones, ecommerce, e incluso de entidades públicas.
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