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Estas son 7 de las causas principales de muerte, sus síntomas y factores de riesgo

De acuerdo con Adriana Arango Luque, docente el programa virtual de la maestría en Epidemiología de Areandina, han aparecido nuevos factores de riesgo que propician el incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles y desencadenan discapacidad y muerte prematura.

El Estudio Mundial de Carga de Enfermedad de la Organización Mundial de la Salud reveló en el 2019 que al menos, 7 de las 10 causas principales de muerte fueron enfermedades no transmisibles, las cuales, representaron el 44% de todas las muertes en total, siendo la cardiopatía isquémica, la principal causa de mortalidad con un 16% a nivel mundial.

Desde el año 2000, el mayor aumento de mortalidad corresponde a esta enfermedad, pasando de 2 millones de defunciones para esa fecha a 8,9 millones en 2019, seguido de accidente cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica con 11% y 6% total de muertes, respectivamente. 

En cuarto y quinto lugar aparecen las infecciones de las vías respiratorias inferiores, las cuales continúan siendo las enfermedades transmisibles más mortales y las afecciones neonatales en el quinto lugar.

Cáncer de tráquea, bronquios y pulmón, diabetes, Alzheimer y otras formas de demencia con predilección por el sexo femenino hacen parte de las principales causas de muerte según el reporte de la OMS.

Panorama regional

En América Latina, dados los cambios experimentados por la globalización, y las transformaciones económicas y culturales, el aumento en la esperanza de vida, los cambios en los estilos de vida y una reducción en las tasas de natalidad, se ha configurado un panorama donde se evidencia una elevada incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles.

De acuerdo con Adriana Arango Luque, docente el programa virtual de la maestría en Epidemiología de Areandina, estos cambios han dado lugar a la emergencia de nuevos factores de riesgo que propician el incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles y desencadenan discapacidad y muerte prematura.

“Las cifras del estudio de Carga Mundial de Enfermedad muestran para la región que más de la mitad de la población presenta sobrepeso/obesidad y 1 de cada 10 adultos padece diabetes. Para Latinoamérica y el Caribe, las principales causas de morbimortalidad están dadas por cardiopatías isquémicas, enfermedad cerebro-vascular, diabetes, infecciones respiratorias bajas, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer y Alzheimer, excluyendo la violencia interpersonal y los accidentes de tránsito que han llegado a ocupar los 10 primeros lugares de la mortalidad para la región”, explica la docente Arango.

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Síntomas y factores de riesgo

  • Enfermedades cardio vasculares: los síntomas pueden incluir dolor de pecho, falta de aire, entumecimiento, debilidad o frío en las piernas o los brazos, dolor en el cuello, la mandíbula, la garganta, abdomen superior o en la espalda.  En el caso de accidentes cerebrovasculares, los síntomas más comunes son entumecimiento o debilidad en la cara, un brazo o una pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo, confusión o problemas para hablar o comprender, entre otros.
  • Diabetes: los síntomas dependen del nivel de glucosa en la sangre. Algunas personas con prediabetes o diabetes tipo 2 pueden no tener síntomas inicialmente. En el caso de la diabetes tipo 1, los síntomas incluyen aumento de la sensación de sed, micción frecuente, pérdida de peso involuntaria, presencia de cetonas en la orina, sensación de cansancio y debilidad, entre otros. Para la diabetes tipo 2, los factores de riesgo son un índice de masa corporal elevado, falta de actividad física, dietas inadecuadas y tabaquismo activo.
  • Infecciones respiratorias bajas: afectan a la tráquea, bronquios y pulmones. La neumonía y la bronquitis son las infecciones más frecuentes de este tipo, aunque algunos virus de la gripe pueden provocar infecciones en las vías respiratorias bajas.  Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, tos, irritación de garganta y congestión nasal, silbidos al respirar y dificultad respiratoria.
  • Enfermedad renal crónica: a pesar de no mostrar síntomas hasta etapas avanzadas, los síntomas pueden incluir cambios en la orina o en los hábitos de micción, fatiga o cansancio inusual, hinchazón de manos o pies, dificultad para respirar, dolor en la parte baja de la espalda, poco apetito o náuseas y vómitos e hinchazón alrededor de los ojos, sobre todo por la mañana.
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: los síntomas más frecuentes asociados son falta de aire o dificultad para respirar, tos crónica, a menudo con esputo y cansancio inusual. Los factores de riesgo incluyen exposición al tabaco por fumar o por exposición pasiva al humo, exposición profesional a polvos, humos o productos químicos, entre otros.
  • Cáncer: los síntomas dependen del tipo de cáncer, pero pueden incluir cansancio extremo que no mejora con el descanso, pérdida súbita de peso, pérdida del apetito, problemas para tragar alimento, dolor abdominal, náuseas y vómitos, inflamación o protuberancias en cualquier parte del cuerpo, sangrado inusual, cambios en los hábitos intestinales, cambios en los hábitos vesicales, fiebre, sudoraciones nocturnas, dolor de cabeza, entre otros síntomas.
  • Alzheimer: trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se atrofie y que las neuronas cerebrales mueran y es la causa más común de demencia. Los síntomas tempranos incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad avanza, la persona presenta un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas.

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Prevención y cuidado

La docente Arango es enfática al señalar que, para las enfermedades crónicas que tienen un componente genético, se debe hacer un tamizaje para poder realizar un tratamiento oportuno y evitar complicaciones a largo o evitar su progresión. 

“Para las enfermedades crónicas no transmisibles es necesario generar políticas públicas que incluyan programas sostenibles que hagan énfasis en adopción de estilos de vida saludables, que incluyan la supresión del alcohol y del hábito del tabaquismo e implementación de ejercicio físico y de dietas saludables, así como la implementación de espacios saludables en todos los ámbitos donde el individuo se desenvuelve, en todos los momentos vitales”, explica la docente.

Y agrega, “para la prevención de infecciones respiratorias es fundamental evitar el contacto con personas con algún síntoma respiratorio, uso de tapabocas y correcto lavado de manos, mantenerse hidratado, evitar el contacto con fumadores, ventilar los espacios y verificar continuamente el esquema de vacunación según la edad”.

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