La Liga MX del fútbol de México acordó el martes suspender por cinco años a la actual directiva del club Gallos de Querétaro, en el marco de las sanciones establecidas por la batalla campal en un partido celebrado el sábado en el Estadio La Corregidora de esa ciudad que dejó al menos 26 aficionados heridos, tres de gravedad.
“Preservaremos la permanencia del club, (pero también) inhabilitar a la actual administración integrada por Gabriel Solares, Adolfo Ríos, Manuel Velarde y Greg Taylor de cualquier dirección o administración con cualquier club con el objetivo (de) que no se repita”, anunció el presidente de Liga MX, Mikel Arriola.
Las sanciones fueron acordadas en sesión remota de la Asamblea Extraordinaria con los dueños de equipos de primera división de la Liga MX, que incluye pagar unos 75.000 dólares de multa y jugar a puerta cerrada sus partidos como local durante un año.
La reunión fue coordinada desde la sede de la Federación Mexicana de Fútbol, donde asistieron en forma presencial el dueño de Gallos Blancos de Querétaro, Gabriel Solares, y el director deportivo del club, Adolfo Ríos, quien fue arquero de la selección mexicana en los años 1990.
El castigo también afecta al club femenil de la franquicia de esa ciudad, un polo industrial automotriz del centro del país.
La hinchada también fue vetada para asistir a apoyar al equipo: tres años en su propio estadio y un año como visitante.
La hinchada del equipo rival del partido en cuestión, el Atlas, de la ciudad de Guadalajara, fue suspendida por seis meses.
El partido fue otorgado al Atlas con un marcador de 3-0.
Las autoridades mexicanas todavía investigan la violencia en el estadio y anunciaron que uno de los tres heridos graves perderá la visión en un ojo.
Diez aficionados fueron detenidos el lunes en sus domicilios por el delito de “homicidio en grado de tentativa”, y el martes fueron presentados ante un juez, mientras son buscados otros 16 acusados más, con base en testimonios en cientos de vídeos.
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El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, hizo el compromiso de “actuar conforme a la ley, de manera enérgica”, para castigar a los responsables de las golpizas tumultuarias contra rivales deportivos.
El sábado, en el partido Querétaro-Atlas, decenas de hinchas del club local atacaron salvajemente a simpatizantes del equipo visitante, dejando cerca de 30 heridos, algunos de ellos de gravedad.
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Con información de Sputnik