La vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció este miércoles la consecución de un acuerdo con los principales sindicatos del país para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.000 euros mensuales, un aumento de 35 euros, ya que hasta ahora se situaba en 965.
“Es un hito muy importante para nuestro país”, dijo Yolanda Díaz en una comparecencia de prensa, donde detalló que la subida del SMI se aplicará con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2022.
La ministra de Trabajo afirmó que subir el salario mínimo es “la mejor herramienta para combatir la pobreza laboral” y celebró que con este tipo de decisiones España se va “aproximando a la normalidad de la Unión Europea y abandonando esa anomalía de competir mediante salarios bajos”.
En 2016 el salario mínimo interprofesional se situaba en 655 euros mensuales en España, pero en los últimos años –especialmente tras la formación de distintos gobiernos de corte progresista desde 2018–, su cuantía fue aumentando hasta los 1.000 euros actuales.
Según explicó Yolanda Díaz, el objetivo es seguir una “progresiva revisión” hasta conseguir que el SMI llegue en 2023 al 60 por ciento del salario medio del país –entre los 1.011 y 1.049 euros– para alcanzar lo que la Carta Social Europea califica como un “salario decoroso”.
En su comparecencia ante la prensa, la ministra de Trabajo defendió que la subida del SMI no supondrá un retroceso en la creación de empleo, tal y como dicen los principales partidos de la oposición y las organizaciones patronales, que se negaron a participar en el acuerdo para la subida salarial.
“Lejos de todo lo que se ha escrito, se ha teorizado y se ha dicho, subir el SMI ha sido muy positivo para nuestro país y para la economía de nuestro país. Una distinta política de rentas hace que ahora estemos mucho mejor que en tiempos antecedentes”, señaló.
Pese a los augurios que decían que las recientes subidas del SMI hundirían la creación de empleo, España cerró el año 2021 con 840.600 nuevos trabajadores, la cifra más alta desde 2005, lo que permitió recuperar niveles de contratación previos a la irrupción de la pandemia.
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España sigue aquejada de un elevado paro estructural, aunque a lo largo del último año también se produjeron mejoras: el desempleo descendió en 616.000 personas a lo largo de 2021, dejando la tasa de paro (13,3 por ciento) en niveles más bajos que antes de la pandemia (13,7 por ciento, en 2019) y en mínimos históricos desde el tercer trimestre de 2008 (11,23 por ciento), cuando estalló la crisis financiera.
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Con información de Sputnik.