Se espera que el repunte de la economía para este año esté impulsado por al menos tres vectores esenciales: la Inteligencia Artificial, la Automatización y la Robótica.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía global, medida a través del Producto Interno Bruto, se contrajo 3,4% durante 2020. La razón es conocida por todos. La pandemia de Covid-19, además de estresar los sistemas sanitarios de prácticamente todos los países, también ha causado un profundo impacto en las empresas, sectores productivos y el mercado laboral.
De hecho, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el primer semestre de 2020 se destruyeron en el mundo 400 millones de empleos a tiempo completo, y cálculos no oficiales apuntan a que en la segunda mitad del año se perdieron otros 140 millones de puestos. Eso totaliza más de 500 millones de trabajadores desempleados en solo un año.
Lamentablemente, el mercado laboral global se vio directamente afectado por las restricciones de desplazamiento, el cierre de comercios y la prohibición de asistir a lugares tan cotidianos como restaurantes, cines o estadios. Esto desencadenó que miles de empleos asociados a estas actividades no pudiesen seguir funcionando. Especialmente, aquellos incapaces de poder desarrollarse vía teletrabajo.
Sin embargo, la pérdida no fue igual para todas las industrias. Es más, algunas incluso se vieron favorecidas por los confinamientos masivos, logrando consolidar sus modelos de negocios y alcanzar cifras récords.
Este fue el caso de la industria de servicios financieros, empresas de telecomunicaciones, las firmas de streaming, desarrolladoras de videojuegos, compañías de comercio online, de teleconferencias; y en general, de empresas en las que su negocio se enfoca en la distribución, gestión y administración de datos digitales.
De esta forma, las industrias que operan con base tecnológica cuentan con una ventaja orgánica para enfrentar con éxito esta “nueva economía”. Del mismo modo, las empresas capaces de modificar sus procesos tradicionales para operar en clave digital, además de experimentar caídas menos pronunciadas, podrán desarrollar procesos de transición graduales hacia modelos de construcción de valor basados en información digital.
Este fenómeno de Aceleración Digital demostró que las compañías mejor posicionadas para enfrentar las exigencias de la 4ta Revolución Industrial son las que basan sus negocios en plataformas tecnológicas. Ahora bien, el siguiente paso es cómo esas empresas mejoran sus procesos para hacerlos más rápidos, más robustos, y más confiables, estableciendo esta práctica como un ejercicio constante de mejora, obviamente para ofrecer servicios de mayor calidad, pero especialmente, para sostener su propia supervivencia.
El nuevo orden económico pospandemia
A un año de cumplirse el primer aniversario de la pandemia, declarada oficialmente por la OMS el 11 de marzo de 2020, las proyecciones de crecimiento económico global muestran señales de optimismo. El Banco Mundial, en su informe Perspectivas Económicas 2021 proyecta un crecimiento del PIB global de 4% para este año, mientras que, en una perspectiva regional, se espera que América Latina y el Caribe alcancen un 3,7% de expansión económica.
El repunte sería empujado, en forma transversal, al menos por tres vectores esenciales: la Inteligencia Artificial, la Automatización, y la Robótica. De la capacidad y velocidad con que las industrias puedan implementar soluciones basadas en estas tecnologías dependerá el ritmo de la recuperación.
La Inteligencia Artificial ya está presente en diversas de las aplicaciones que utilizamos día a día para actividades tan cotidianas como operar nuestros servicios financieros, realizar compras o revisar nuestras redes sociales. No obstante, el paso siguiente, y que comenzaremos a experimentar en adelante, es la adopción de estas soluciones; junto con otras como la Automatización, la Robótica, y el Aprendizaje Automático.
Lo anterior lo veremos bastante plasmado en industrias como la banca y servicios financieros, telecomunicaciones, telemedicina, el transporte autónomo y la consolidación de la educación a distancia, todo con la misma eficiencia, confianza y seguridad.
Finalmente, la supervivencia empresarial y de industrias completas, está dependiendo principalmente de la capacidad de construir infraestructuras tecnológicas capaces de soportar las exigencias de una economía que se digitaliza a una velocidad exponencial; lo mismo para quienes busquen evolucionar hacia nuevos modelos de negocios acordes a las necesidades de un consumidor de cuarta generación, adaptado a satisfacer sus necesidades de forma telemática y virtual.
El crecimiento económico, de ahora en adelante, ya tiene un nuevo mantra que se basa en los datos y las plataformas digitales; como impulsores y protagonistas de una nueva realidad que está cambiando nuestras vidas.