En el marco de la Operación Artemisa, la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, logró la captura de ocho integrantes del Grupo Delincuencial Común Organizado “Baris”, dedicado a la compra, transporte y comercialización de madera en Norte de Santander.
La investigación duró dos años y fue liderada por la Fiscalía 100 especializada de la ciudad de Cúcuta, con el apoyo de la Seccional de Investigación Criminal de la Dirección de Carabineros, en este periodo se pudo determinar el modus operandi y las identidades de los integrantes de esta organización criminal denominada “Baris”, logrando así ejecutar cuatro órdenes de allanamiento donde se capturaron ocho personas por orden judicial en Cúcuta (seis), Ocaña (una) y Tibú (una), Norte de Santander.
Entre los capturados se encuentran dos mujeres y seis hombres, quienes adquirían guías de movilización de las autoridades competentes y las utilizaban de manera fraudulenta para comprar y transportar madera, en varias ocasiones utilizaban una misma guía para realizar varios “viajes” con recurso forestal, que no se extraía de donde manifestaba el documento sino de las zonas aledañas al Parque Nacional Catatumbo Barí, con esta modalidad evadían los controles de la fuerza pública, y posteriormente comercializaban la madera en Cúcuta, Bucaramanga y Aguachica principalmente.
Los capturados fueron dejados a disposición de la Fiscalía General por los delitos de Ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables y Concierto para delinquir.
Además, se logró establecer que la madera provenía de los municipios de Tibú y El Tarra, considerados zonas de amortiguación del Parque Nacional Natural Catatumbo Barí, una de las 56 áreas protegidas del sistema de Parques Nacionales Naturales, en donde se protege el último bosque tropical del noreste de nuestro país, se estima que este grupo delincuencial lograba realizar 10 “viajes” de madera semanales, transportando 120 metros cúbicos de madera como Cedro, Pardillo, Nogal Cafetero y especies nativas, con esta dinámica aprovechaban 480 m3 de madera mensualmente, avaluados en 400 millones de pesos.
Se calcula que el impacto ambiental que esta organización ha generado en los últimos dos años, superan las 120 hectáreas arrasadas; este fenómeno, aunado a la siembra de cultivos ilícitos ha causado un grave daño ambiental al bosque húmedo tropical, así mismo se han afectado especies de aves endémicas como el Paujil Moquiamarillo y el Copete de Piedra y mamíferos como el Oso de Anteojos, Venado Soche, Danta, entre otros.
Además de la fauna y flora se ha visto afectado en su cauce el río Catatumbo, del cual sobreviven comunidades indígenas como los Motilón Barí y Cata-Laura La Gabarra, quienes han sido testigos de cómo los delitos contra el medio ambiente han disminuido significativa sus territorios ancestrales en los últimos años.
La protección del capital natural como fuente de subsistencia de comunidades indígenas y rurales, es una de las prioridades de la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional, que seguirá trabajando de manera coordinada con la Fiscalía General de la Nación y demás autoridades ambientales para desarticular las organizaciones criminales que afectan los recursos naturales y las comunidades vulnerables del país.