Wayne Couzens, el agente de Scotland Yard, fue acusado del secuestro y asesinato de Sarah Everard, de 33 años, en su primera comparecencia ante la Justicia británica.
Couzens, que formaba parte del cuerpo de élite parlamentario y diplomático, confirmó su nombre, fecha de nacimiento y domicilio en una breve sesión en la Corte de Magistrados de Westminster.
El imputado permanecerá en prisión preventiva hasta la próxima audiencia procesal, prevista para el 16 de marzo.
Everard desapareció cuando regresaba a su casa, hacia las 21.00 GMT del miércoles 3 de marzo, después de visitar a unas amigas en el barrio de Clapham, en el sur de Londres.
Su cuerpo fue localizado en una zona arbolada de Kent, el condado del sureste del país donde residía y fue detenido el policía.
El trágico fin de la gerente de marketing digital ha causado un torrente de protestas y testimonios personales contra la violencia de género y la inseguridad de las mujeres en las calles del Reino Unido.
Un sondeo de YouGov para una fundación dedicada a cuestiones de igualdad de género, UN Women UK, publicado esta misma semana, indica que el 97 por ciento de las mujeres de 18 a 24 años ha sufrido acoso sexual en el país.
La misma encuesta desvela que el 80 por ciento de todas las mujeres consultadas dice haber experimentado abuso sexual en espacios públicos.
Además, el 95 por ciento no denunció el presunto delito porque “cree que nada cambiaría” presentando una queja formal.
Una cadena de vigilias públicas previstas para este sábado en Londres y decenas de ciudades del Reino Unido se cancelaron a última hora ante la posición de la Policía Metropolitana, que advirtió que la concentración convocada en un parque de Clapham sería ilegal bajo las restricciones del covid-19.
Las organizadoras de ‘Reclaim these Streets’ (Reclamar las calles) difundieron su “frustración” con Scotland Yard que, según denuncian en un comunicado volcado en Twitter, “no quiso discutir” ninguna de las múltiples alternativas propuestas para montar un evento dentro de los parámetros de seguridad sanitaria.
“En vistas de la actitud nada constructiva de la Policía Metropolitana, sentimos que no podemos permitir, en buena fe, que el evento siga adelante esta tarde”, confirmaron.
Las promotoras de la vigilia se enfrentaban a multas individuales de 10.000 libras (unos 12.000 euros).
La víspera ganaron una batalla parcial en el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales, que amparó el derecho de libre asociación, pero confirmó también la legalidad de las restrictivas reglas impuestas contra la pandemia.
Los actos de vigilia estaban pensados para “recordar a Sarah Everard y a todas las mujeres que han perdido la vida a consecuencia de la violencia” y para “canalizar la aflicción, la tristeza y la indignación colectiva de nuestra comunidad”.
Otros grupos femeninos desafiaron a la autoridad con llamadas en las redes sociales a compartir en el parque de Clapham la “tristeza y la rabia” que han rebrotado en tantas mujeres desde la desaparición y muerte de Everard.
Con información de Sputnik.