El crudo se extendió hacia el norte, una zona de acantilados, hasta la localidad de Chancay, afectando una veintena de playas y dos ecosistemas protegidos: los Islotes Grupo de Pescadores y la Zona Reservada de Ancón, hábitat de especies como lobos marinos, el pingüino de Humboldt, la nutria marina y diversas aves.