Según ACNUR, alrededor de 845 mil colombianos han retornado de Venezuela a Colombia. Por otra parte, en Colombia hay más de 8,3 millones de personas desplazadas internas, de las cuales aproximadamente 861 mil han sido desplazadas desde el Acuerdo de Paz en 2016. Las edades tanto de hombres como de mujeres más afectadas, están entre los 18 a 59 años.
En un mundo cada vez más globalizado, el fenómeno de la migración ha adquirido una relevancia significativa. Los migrantes se enfrentan a innumerables desafíos y adversidades a lo largo de su viaje, por esto este mes es una ocasión especial para fomentar la comprensión y la empatía hacia las personas refugiadas.
La ONG Bethany Colombia, dedicada a brindar apoyo y protección a la comunidad migrante, se une a la conmemoración del Día Internacional del Refugiado, una fecha emblemática que invita a reflexionar sobre la difícil situación de millones de personas desplazadas no solo en Colombia, sino en todo el mundo. Destacando la valentía y la resiliencia de la comunidad migrante, así como su contribución significativa a la construcción de tejido social en sus nuevas comunidades.
Wilmer, un migrante venezolano le contó a la ONG cómo fue su travesía al salir de su país, dejando atrás su hogar y a menudo enfrentando peligros en busca de un lugar seguro donde rehacer su vida.
Decidió salir por la difícil situación económica de su país, la escasez de alimento en su hogar y porque en el trabajo no se ganaba lo suficiente para vivir bien. Cuando le sugirieron salir de su país no lo pensó, salió junto a dos amigos, pasó por la trocha y afortunadamente al llegar a Colombia no sufrió ninguna situación despectiva. Cree que tanto en el país vecino como en Colombia es difícil construir una vida estable, aunque trabajar en Colombia le permite ganar bien.
Wilmer es testigo de que la familia lo puede cambiar todo, la ayuda de las personas que lo atendieron y le brindaron refugio cuando llegó, le permitió conseguir un empleo, gracias a las referencias que dieron de él, ya que no tenía los papeles necesarios para laborar. Además contó con otros colombianos que también le tendieron la mano. A los 4 meses pudo trabajar, alquilar un apartamento y comprar lo que le hacía falta y devolverle el favor que le había hecho la familia que lo acogió, aportándole dinero a Margarita, una mujer de 60 años que se convirtió en su familia.
Wilmer nos regala una frase clave para reconocer la valentía de las personas que llegan a Colombia en busca de refugio pero que también aportan una riqueza cultural y social única a sus comunidades de acogida “una familia es mucho más de donde naces, una red de apoyo incondicional, sean conocidos o no conocidos siempre que lo hagan de buena voluntad”.
Sobre esto, Luz Alcira Granada, directora país de Bethany Colombia afirma que, “es fundamental comprender que los migrantes no solo llegan a nuevos lugares para vivir, sino que también su diversidad enriquece nuestras sociedades, fortalece el tejido social y contribuye a la creación de una sociedad más inclusiva y solidaria”.
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La ONG Bethany Colombia trabaja incansablemente para brindar apoyo integral a los migrantes y refugiados, brindándoles servicios esenciales, asistencia legal, acceso a la educación y oportunidades de empleo. Además, promueve la sensibilización y la empatía hacia esta comunidad, buscando promulgar la protección y oportunidades necesarias para reconstruir sus vidas, garantizando que se respeten sus derechos humanos.
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