Luego de una catástrofe, emergencia, accidente grave, incendio o sismo, el ser humano se enfrenta a situaciones de duelo, pérdida del sentido, fragilidad y en algunas ocasiones, desesperanza.
Sin previo aviso, la persona se enfrenta a una realidad de desajuste total, en la que muchas veces se ven alteradas todas las áreas en las que se desenvuelve a nivel personal, familiar, social, laboral y académica, su proyecto de vida, la relación de pareja y todo lo que para en ese momento estaba construyendo.
De acuerdo con Giselle Olivella López, docente del programa de Psicología de Areandina sede Valledupar, cuando nos preguntamos lo que sucede luego de una situación de emergencia, se debe reconocer que nos referimos a reacciones fisiológicas, emocionales y comportamentales.
“Para abordar cada una de ellas, se tendría que especificar en detalle la forma en la que el ser humano reacciona ante cada situación. Reconociendo la complejidad del ser, a nivel fisiológico y emocional se presentan respuestas asociadas al temor, angustia, inquietud, desamparo y miedo, no sólo ante la situación desconocida, sino a perder la vida, la familia, lo conocido y lo que se posee”, explica la docente Olivella.
Cabe señalar que las reacciones pueden durar días, semanas, meses o años, lo que, para la experta, a partir de las características de cada una, se podrían describir como alteraciones a nivel psicológico o trastornos teniendo en cuenta la sintomatología.
“El miedo al avanzar los días y las semanas se puede convertir en condiciones de temor constante que podría a su vez, generar presencia de ansiedad. Ante estas reacciones, facilitar la expresión emocional favorece generar acciones de cuidado ante la salud mental”, destaca la docente de Areandina.
Y agrega, “frente a una situación de emergencia o catástrofe, se ven movilizados voluntarios, equipos de rescate de todas las instituciones y ayuda para las personas. El primer elemento a salvaguardar es la vida, garantizándola y acompañando su cuidado, ofrecer alimento, cuidado y protección que también genera contención emocional. Los primeros auxilios psicológicos se deben prestar a las personas que en ese momento ya en una condición de seguridad, presentan desbordes emocionales, tensión, emociones fuertes, enojo y tristeza que son reacciones totalmente naturales y esperadas bajo esta situación”.
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Finalmente, la docente Olivella recuerda que los psicólogos y el personal que atiende la emergencia, ayudan a las personas a generar acciones que contribuyan a desarrollar habilidades de resiliencia, tener una visión realista de la situación, hacer un acompañamiento frente a los desafíos emocionales y físicos que se presentan, por lo que recomienda “solicitar acompañamiento psicológico, así como pedir ayuda y recibir atención clínica para desarrollar habilidades y estrategias de afrontamiento ante dichas situaciones”.
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