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Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey: Papa Francisco, antes de rezar el Ángelus

[VIDEO] Además, el Santo Padre recalcó el valor de la caridad, la palabra y el perdón en el testimonio de un cristiano y deseó paz a familias, comunidades religiosas y países que sufren por la guerra.

Este lunes 26 de diciembre, fiesta de San Esteban, protomártir, el Santo Padre en su alocución antes de rezar la oración del Ángelus, pidió “que María, Reina de los mártires, nos ayude a crecer en la caridad, en el amor a la Palabra y en el perdón”.

Al saludar a los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre señaló que, la liturgia para ayudarnos a acoger y profundizar mejor la Navidad, prolonga la duración de esta fiesta por ocho días, hasta el 1 de enero. Sin embargo, sorprendentemente, en estos mismos días se conmemoran algunas figuras dramáticas de los santos mártires.

“Hoy, por ejemplo, San Esteban, el primer mártir cristiano; pasado mañana, los Santos Inocentes, los niños mandados a matar por el rey Herodes por miedo a que Jesús le arrebatara el trono (cf. Mt 2, 1-18). En resumen, la liturgia parece querer alejarnos del mundo de las luces, los almuerzos y los regalos en el que podemos estar algo entregados en estos días. ¿Por qué?”.

Al responder a esta pregunta, el Papa Francisco afirmó que, la Navidad no es la fábula del nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que nos libra del mal tomando sobre sí nuestro mal: el egoísmo, el pecado, la muerte. Y en esto, indicó el Pontífice, los mártires son los más parecidos a Jesús.

“De hecho, la palabra mártir significa testigo: los mártires son testigos, es decir, hermanos y hermanas que, con su vida, nos muestran a Jesús, que venció el mal con la misericordia. E incluso, en nuestros días los mártires son numerosos. Hoy rezamos por estos hermanos y hermanas perseguidos que dan testimonio de Cristo. Pero intentemos preguntarnos: ¿damos nosotros testimonio? ¿Y cómo podemos mejorar en esto? Nos puede ayudar precisamente la figura de san Esteban”.

Y explicando la figura de San Esteban, el Santo Padre señaló que, los Hechos de los Apóstoles nos dicen que él era uno de los siete diáconos que la comunidad de Jerusalén había consagrado para el servicio de la caridad. “Esto significa – afirmó el Papa – que su primer testimonio no lo dio con palabras, sino a través del amor con el que sirvió a los más necesitados”. Pero Esteban no se limitaba a esta labor de asistencia. A los que encontraba les hablaba de Jesús: compartía su fe a la luz de la Palabra de Dios y de la enseñanza de los Apóstoles. “Esta es la segunda dimensión de su testimonio – indicó el Pontífice – acoger la Palabra y comunicar su belleza, contar cómo el encuentro con Jesús cambia la vida”.

“Esto era tan importante para Esteban que no se dejó intimidar ni siquiera por las amenazas de sus perseguidores, ni siquiera cuando vio que las cosas se le estaban complicando (cf. v. 54). Caridad y anuncio, este era Esteban. Sin embargo, su mayor testimonio es otro: es que supo unir la caridad al anuncio. Y nos dio este testimonio cuando estaba a punto de morir, cuando, siguiendo el ejemplo de Jesús, perdonó a sus asesinos (cf. v. 60; Lc 23,34)”.

El Santo Padre en sus saludos después de rezar la oración del Ángelus, renovó su deseo de paz para todo el mundo, especialmente, “paz para los pueblos atormentados por la guerra”.

El papa Francisco deseó paz a las familias, las comunidades religiosas y los países que sufren por la guerra en su discurso dedicado a la fiesta de San Esteban Protomártir y de Navidad.

“En el clima espiritual de alegría y serenidad de la Santa Navidad, saludo con afecto a todos los aquí presentes y a cuantos nos siguen a través de los medios de comunicación. Renuevo mi deseo de paz: paz en las familias, paz en las comunidades parroquiales y religiosas, paz en los movimientos y asociaciones, paz para los pueblos atormentados por la guerra, paz para la querida y flagelada Ucrania”, dijo el pontífice.

Asimismo agradeció a todos los que le enviaron “mensajes de buenos deseos de distintas partes del mundo”.

El 25 de diciembre, el papa Francisco, en su mensaje de Navidad y bendición Urbi et Orbi, destacó la falta de paz en varias regiones del mundo y pidió el fin de las hostilidades en Ucrania, así como ayuda para la población de ese país.

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El Ángelus es una oración recitada, en recuerdo del Misterio de la Encarnación, tres veces al día: a las seis de la mañana, a mediodía y a las seis de la tarde, momento en el que se toca la campana del Ángelus.
El nombre Ángelus deriva de la primera palabra de la oración en latín: Angelus Domini nuntiavit Mariae… La plegaria consiste en tres frases sencillas sobre la Encarnación de Jesucristo y tres Ave Marías.
El Papa recita esta oración junto a los fieles en la plaza de San Pedro los domingos a mediodía y en las Solemnidades. Antes, pronuncia una breve alocución basada en las Lecturas del día. Tras el rezo del Ángelus, saluda a los peregrinos.

Desde el domingo de Pascua hasta el de Pentecostés, en lugar del Ángelus se reza el “Regina Coeli”, oración que recuerda la Resurrección de Jesucristo y tras la que se recita el Gloria tres veces. 

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Con información de Sputnik y Vatican News

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