Recientemente es común escuchar el deseo que tienen algunas personas de emigrar a otro país, pero no cuentan con un segundo pasaporte (americano o europeo); con lo cual buscan las famosas visas doradas (Golden visas) para poder residir legalmente en esa jurisdicción.
Las visas doradas no son más que programas migratorios que buscan atraer inversionistas extranjeros. Dichas visas exigen en algunos casos hacer inversiones en inmuebles, en otros piden invertir en activos financieros y básicamente otorgan la posibilidad de poder residir en el país.
El quid del asunto no es el trámite o cuánto toca invertir sino la planeación patrimonial. Así, es importante tener claro que el nuevo país requerirá al beneficiario acogerse a nuevas normas tributarias que varían a las del país de origen y en algunos casos ofrecen ventajas fiscales como, por ejemplo: i) solo tributar sobre las rentas locales y no las mundiales o ni siquiera ser considerado residente para efectos impositivos, para esto es necesario la planeación.
En línea con lo anterior, cambiar de país no asegura dejar de tributar del país del que se emigra. Aquí es cuando se genera la famosa doble tributación, que no es más que el pago de impuestos en los dos países, sobre lo mismos ingresos y patrimonio. Entonces para emigrar y evitar esto, se deben tener: i) tener la residencia migratoria ii) tener la residencia fiscal (la cual suele confundirse con la primera) y iii) dejar de ser residente fiscal del país que se deja.
En el caso de Colombia el artículo 10 del Estatuto Tributario señala las reglas para ser o dejar de residente fiscal en Colombia. En caso de cumplir uno solo de estos puntos se es residente en Colombia. Primero hay una regla objetiva de presencia física (183 días en un periodo de 365) Segundo ser colombiano y tener el 50% del patrimonio en Colombia, 50% del ingreso en Colombia o tener el núcleo familiar en Colombia.
Dejando el anterior punto claro, cada jurisdicción tiene requisitos distintos para obtener estas visas doradas o de inversionista. Por ejemplo, en el caso de panamá es posible obtener un visado de pensionado siempre que se demuestre ingresos superiores a 1.000 dólares, o inversión en inmuebles por 300.000, en casa de valores por 500.000 o depósito de plazo fijo de 750.000 por 5 años, eventualmente se puede optar por ciudadanía
En el caso de Portugal puede obtenerse invirtiendo 250.000 euros hasta un millón de euros, requiere una estancia mínima de 7 días en el primer año y de 14 días en el segundo año. su duración máxima es de 5 años y después puede postularse a residencia permanente.
En el caso de España también puede hacerse una inversión en inmuebles por 500.000 euros y obtener una residencia migratoria, pero a diferencia de Portugal se debe analizar cada región en la que se va a domiciliar. Hay regiones benévolas comparadas con otras, es completamente distinto irse a vivir a Madrid que a la región de Cataluña.
En Estados unidos hay distintos programas de visas por ejemplo está la EB1 a la cual aplican deportistas, cantantes etc por sus aptitudes. La EB2 pueden aplicar aquellas personas con aptitudes especiales en ciencia o negocios y la EB5 para inversiones entre 500.000 y un millón de dólares. En particular no hay un sistema benévolo pero el estate tax (impuesto de herencia) cambia la exención 60.000 dólares cuando no se es residente fiscal americano y puede subir hasta 11,7 millones cuando si se es.
Le puede interesar: Para fin de año aproveche Activa Airbnb, la nueva, sencilla y segura forma de compartir su espacio
En conclusión, son múltiples las consideraciones para tener en cuenta antes de cambiar de residencia como los seguros de salud, la calidad de vida, etc. Pero sin duda el aspecto fiscal debe estar en el centro del asunto, cumplir las obligaciones formales y de fondo en la nueva jurisdicción, así como preparar y organizar el patrimonio deben hacerse antes y no después, incluso para aprovechar las ventajas que puedan ofrecer las distintas visas.
Lea también: Los pensionados podrán liquidar todas sus semanas cotizadas
Por: Lucas Solano, gerente de Planeación Patrimonial de Credicorp Capital