Al menos 113 niños fallecieron en los últimos tres meses por el brote del sarampión en la provincia de Badajshán en el noreste de Afganistán, informó la cadena Tolo News, citando a las autoridades sanitarias locales.
“Tuvimos 113 bajas”, dijo un funcionario de salud pública, Qari Nazir Ahmad Nizar, refiriéndose a las víctimas menores de edad.
Según las autoridades de salud, un total de más de 3.400 personas se infectaron por el sarampión en la provincia durante ese mismo período.
El sistema de salud afgano sigue siendo vulnerable después de que el movimiento talibán (sancionado por la ONU por actividad terrorista) se hizo con el poder en el país al sumergirlo en una profunda crisis humanitaria.
Durante las conversaciones con los representantes de la ONU, Kabul reconocía la necesidad de iniciar la vacunación contra el sarampión y el COVID-19.
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En febrero pasado, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Christian Lindmeier, declaró que el brote del sarampión en Afganistán resulta preocupante para la entidad, puesto que podría llevar a un aumento de la mortalidad drástico en el país.
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Con información de Sputnik.