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“A nadie sorprende este nuevo ataque suyo a la paz”: Carta de Iván Cepeda a Miguel Ceballos

El Senador se dirigió al Alto Comisionado para la Paz, en reproche por el desempeño de sus funciones y lo llamó “enemigo de la paz”.

El Senador Iván Cepeda le envió a Miguel Ceballos, Alto Comisionado para la Paz, una carta en la que mediante seis puntos concretos lo descalifica y termina llamándolo “enemigo de la paz”, no sin antes acusarlo de no guardar la debida reserva de los documentos referentes a los diálogos y comunicaciones con el Eln en torno a lograr salir del conflicto en Colombia.

El senador Cepeda en la carta, se refiere a los casos de ‘falsos positivos’, un tema que para él, desde el Gobierno se quiere ocultar ante la gravedad de la verdad.

En los seis puntos en mención, el Senador describe como Miguel Ceballos busca “hacerle el mayor daño posible” a la paz.

En primera instancia habla del desconocimiento a su llegada, sobre el estado de los diálogos de paz con el Eln con el gobierno Santos y cita en su texto a Angelino Garzón.

En segundo lugar, explica la evidente posición en contra de Cuba y su papel en los diálogos y beneficios en torno a los procesos de paz.

Como tercera medida habló de lo que implica no reconocer al jefe de la guerrilla del Eln como miembro de la delegación en La Habana.

Para Iván Cepeda, Miguel Ceballos se contradice entre lo que debe ser su labor (Comisionado para la paz) y sus acciones en contra de la paz.

Se refirió también a la reacción de Ceballos ante la decisión, del en su momento presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de ingresar a Cuba en la lista de países que promueven el terrorismo. “Usted no pudo ocultar su alegría” le dice en el quinto punto de la carta.

Por último, recalca la importancia de la reserva y secreto que se debe tener con algunos documentos que conciernen al desarrollo de gestiones tendientes a garantizar la paz y que la filtración a la prensa debe tener un responsable.

Finalizando la carta, expresa que tanto Ceballos como el presidente Duque deben ser investigados, pero por funcionarios imparciales. Y le expresa que “más allá de cualquier acción judicial su actuación merece una condena moral”.

Aquí la carta completa que el senador Iván Cepeda le envió a Miguel Ceballos, alto Comisionado para la Paz:

Bogotá D. C., 21 de febrero de 2021.

Señor

Miguel Ceballos Arévalo

Alto Comisionado para la Paz

Ciudad

Señor comisionado:

En  momentos  en  que  el  país  registra  con  tristeza  e  indignación  la  información  de  que  los llamados  ‘falsos  positivos’  que  se  cometieron  entre  2002  y  2008  ascienden  a  6.402,  se conoce a través de la prensa que por medio de documentos que están a su cargo y sobre los que  debe  pesar  reserva,  se  despliega  un  nuevo  ataque  contra  los  esfuerzos  de  paz  que  se hicieron en el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos para lograr un acuerdo con la guerrilla del ELN.

A  nadie  sorprende  este  nuevo  ataque  suyo  a  la  paz.  Su  gestión  en  un  cargo  que  debería liderar la búsqueda del diálogo, los acuerdos de paz, la implementación de los ya logrados y el final del conflicto armado, ha estado dedicada a fines diametralmente opuestos: hacerle el  mayor  daño  posible  a  los  acercamientos  que  permitan  la  paz  y  la  reconciliación,  violar los  compromisos  internacionales  adquiridos  por  el  Estado  colombiano  en  este  campo, sembrar  la  desconfianza  con  mentiras,  burlar  cínicamente  compromisos  adquiridos  con instancias de la comunidad internacional, así como minar el apoyo de los países garantes de esos procesos. Baste recordar algunos hechos a los cuales ha consagrado sus energías:

• El 31 de julio de 2018, una semana antes de la posesión del presidente Iván Duque, en  un  hotel  en  Cali  se  reunieron  Juan  Carlos  Cuellar,  gestor  de  paz  del  ELN,  y Angelino Garzón, quien ofició como delegado del gobierno electo.  En  ese encuentro,  según  se  conoció,  se  le  solicitó  al  ELN  no  avanzar  en  acuerdos  que  en ese  momento  estaban  por  cerrarse  en  la  mesa  de  conversaciones  que  se  adelantaba con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, en particular el acuerdo del cese al   fuego   y   de   hostilidades.   La   nueva   administración   solicitó   no   avanzar   en “acuerdos  con  Santos  que  luego  no  se  pueden  cumplir”. Asimismo, según se conoció, el actual embajador de Colombia en Costa Rica, Angelino  Garzón,  le manifestó al gestor de paz de la insurgencia que “Duque ve más positivo si el ELN no  llega  con  hechos  cumplidos,  eso  no  quiere  decir  que  no  se  avance  sobre  lo construido”.  Como  parece  ser  costumbre  en  su  gestión,  usted  afirmó  de  manera equívoca  que  el  gobierno  del  presidente  Santos  había  autorizado  a  Garzón  para  el diálogo citado. Su versión fue desmentida por Rodrigo Rivera, comisionado de paz del  anterior  gobierno,  quien  señaló  que  dichos  diálogos  ni  fueron  solicitados  ni autorizados por la entrante administración, mucho menos, por tanto, las promesas y solicitudes en vano realizadas al ELN.

• Además de frustrar un acuerdo de alto al fuego y de hostilidades con la guerrilla, en su agenda figuraba también afectar el papel de Cuba como país garante. Desde antes de  asumir  el  cargo  de  comisionado  de  paz,  usted  expresó  esa  posición.  En  una columna  de  opinión  publicada  en  la  Revista  Semana  el  12  de  noviembre  de  2016, recién elegido el presidente Donald Trump, sostenía lo siguiente, cito: “Por lo dicho en  varias  entrevistas  ofrecidas  por  personas  cercanas  a  Trump  […]  se  avizora  que los  expresidentes  Andrés  Pastrana  y  Álvaro  Uribe,  quienes  cuentan  con  alta credibilidad   dentro   del   círculo   cercano   a   Michael   Pence,   serán   importantes referentes en el diseño de la nueva política exterior de Estados Unidos en la región. En el nuevo escenario, es inevitable reevaluar el papel de Cuba para que no termine convirtiéndose  en  un  obstáculo  en  la  construcción  de  un  nuevo  acuerdo  de  paz. ¿Llegó la hora de ‘des-Habanizar’ la paz?”.

• Mediante contactos diplomáticos en septiembre de 2018 se estableció  el compromiso de prorrogar la autorización de la presencia de Nicolás Rodríguez Bautista,  jefe del ELN, si la dirección de  esta  guerrilla  aceptaba  integrarlo  a  su delegación en La Habana, como en efecto ocurrió.  Sin embargo, una vez producido el  hecho,  usted  desconociendo  el  compromiso  adquirido  afirmó  lo  contrario  de  lo que había prometido: no reconoció al jefe del ELN como miembro de la delegación, y en cambio protestó por el hecho de que se hubiera hecho público el compromiso que usted adquirió aduciendo que era un irrespeto a la confidencialidad.  

• Usted  envió  como  emisario  del  gobierno  al  señor  Everth  Bustamante  a  la  isla.  Y sostuvo  conversaciones  con  la  delegación  del  ELN,  como  se  ha  conocido  por  los medios  de  comunicación.  No  obstante,  luego  de  desconocer  públicamente  dichos contactos  y  los  compromisos  adquiridos.  Como  se  debe  recordar, el  exsenador  del Centro Democrático, Everth Bustamente, con autorización del Gobierno fue a Cuba en  dos  oportunidades  a  finales  de  2018  para  entrevistarse  con  la  delegación  del ELN,  pero  usted  negó  públicamente  haber  autorizado  esos  viajes  cuando  fueron registrados  por  los  medios  de  comunicación,  e  incluso  amenazó  con  solicitar  que fuera investigado su propio emisario.  

• Cuando  el  13  de  mayo  de  2020,  se  produjo  la  decisión  del  gobierno  de  Estados Unidos de incluir a Cuba en la lista de países que toleran y auspician el terrorismo, usted no pudo ocultar su alegría al describir esta injusta medida sancionatoria como un  “espaldarazo”  del  gobierno  de  Estados  Unidos  a  la  “insistente  solicitud”  del gobierno  colombiano  de  denunciar  al  país  que  ha  mantenido  durante  décadas  su apoyo a la búsqueda de la paz de Colombia.

• Como es de su conocimiento, el artículo 418 del Código Penal señala: “El servidor público que indebidamente dé a conocer documento o noticia que deba mantener en secreto  o  reserva,  incurrirá  en  multa  y  pérdida  del  empleo  o  cargo  público”.  Tal definición podría aplicarse a lo ocurrido con la filtración a la prensa de documentos que  están  a  cargo  de  su  oficina,  pues  conciernen  al  desarrollo  de  gestiones tendientes a garantizar la paz.

Señor comisionado:

Pretende  usted  ahora  que  se  judicialice  las  gestiones  de  paz.  En  realidad,  si  se  trata  de examinar  responsabilidades  penales  o  disciplinarias,  creo  que  es  a  usted  y  al  actual presidente  de  la  República  a  quienes  deberían  investigar  las  autoridades  competentes  por algunos de los hechos mencionados: los acercamientos que se promovieron con el ELN sin que se hubieran posesionado, la filtración de documentos de carácter reservado que están a su  cargo.  Claro  está,  esas  investigaciones  deberían  darse  bajo  el  supuesto  de  que  serían adelantadas por funcionarios imparciales.

Pero  más  allá  de  cualquier  acción  judicial  su  actuación  merece  una  condena  moral.  En realidad,  las  agresiones  que  hacen  servidores  públicos  contra  la  paz  entran  en  la  categoría de  las  acciones  más  ruines  que  se  puedan  realizar  en  la  vida  política,  pues  prolongan  el conflicto armado y provocan que sigan muriendo todos los días compatriotas por cuenta de la  violencia.  Sin  duda,  como  se  lo  he  dicho  en  debates  públicos,  el  nombre  del  cargo  que ostenta  encubre  su  verdadera  condición:  usted,  en  realidad,  es  un  enemigo  de  la  paz  de nuestro país.

Atentamente,

Iván Cepeda Castro

Senador de la República

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