Nuevas imágenes captadas por el telescopio James Webb revelaron detalles sin precedentes y la posible existencia de una segunda estrella en la Nebulosa del Anillo, ubicada a 2.500 años luz de la Tierra, dijo la NASA este lunes.
“El instrumento de infrarrojo medio (MIRI) nos ha brindado la vista más nítida y clara del tenue halo fuera del anillo brillante. Las características físicas del interior sugieren que puede haber una estrella compañera que ayuda a formar las capas arrojadas por la estrella moribunda”, explicó la agencia espacial en un comunicado.
A los científicos les sorprendió la presencia de hasta 10 estructuras concéntricas espaciadas regularmente dentro del halo, que deben de haberse formado cada 280 años cuando la estrella central se desprendía de sus capas exteriores.
Según Roger Wesson, astrónomo de la Universidad de Cardiff (Inglaterra) citado en el comunicado, cuando una estrella se convierte en una nebulosa planetaria ninguno de sus procesos lleva ese tiempo.
“Estos anillos sugieren que debe haber una estrella compañera en el sistema, orbitando tan lejos de la estrella central como lo hace Plutón de nuestro Sol. Mientras la estrella moribunda se deshacía de su atmósfera, la otra estrella dio forma al halo. Ningún telescopio anterior tenía la sensibilidad y la resolución espacial para descubrir este sutil efecto”, explicó el científico.
La nebulosa, que parece un ojo gigantesco y fue descubierta en 1779, tiene forma elíptica vista desde la Tierra pero de acuerdo a las últimas observaciones su forma es como una dona distorsionada.
El anillo brillante que da nombre a la nebulosa está compuesto por unos 20.000 cúmulos individuales de hidrógeno molecular denso, cada uno de ellos tan masivo como la Tierra.
Dentro de éste, hay una estrecha parte de emisión de hidrocarburos aromáticos policíclicos o PAH, es decir moléculas complejas que contienen carbono, algo que también sorprendió a los científicos.
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Aunque el centro de la nebulosa pueda parecer vacío, está repleto de material de baja densidad, dijo la Agencia Espacial Europea (ESA por su sigla en inglés), en un comunicado sobre las imágenes.
La estrella en el centro de la nebulosa se encamina a convertirse en una enana blanca, es decir, que ha consumido todo el hidrógeno que la alimentaba y está en su etapa final.
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Con información de Sputnik.