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El ‘monstruo’ de extender períodos no ha muerto

Por: Leonardo Quimbay Rodríguez

Luego del intento fallido para poder dar un ‘golpe de Estado’ con la radicación de un proyecto de ley en el Congreso colombiano, teniendo como principal idea la de extender el periodo presidencial de Iván Duque por dos años más, sumado a los congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, este aún no desaparece, no se puede cantar victoria.

 Sin lograr haber pasado ni siquiera el primer debate, se hundió en el Congreso el proyecto de reforma constitucional que buscaba extender todos esos altos cargos. No obstante, el trámite inició con la firma de 23 congresistas, (todos desconocidos en el ámbito de la opinión pública). Pero este jueves 18 de marzo, 15 representantes pidieron retirar su firma del nefasto proyecto, lo que ocasionó que quedara sin el mínimo requerido de 10 firmas para que siguiera su camino legislativo en la cámara baja, donde fue radicado.

Junto con el alargue en el poder para Duque, este también cobijaba a su vicepresidenta Marta Lucía Ramírez por el mismo periodo de dos años. Además, la iniciativa indicaba de manera arbitraria: “Los próximos comicios para elegir los miembros del Congreso de la República se realizarán en el año 2024 y su periodo iniciará el 20 de julio del mismo año, hasta tanto los actuales ejercerán sus funciones”.

En el momento que se supo sobre la radicación, transcurrieron varias horas de silencio por parte de la mayoría de partidos políticos y del mismo Gobierno Nacional, ese mismo tiempo en que las redes sociales explotaron en indignación por el solo intento de imponer ese “articulito” con fines de un ‘Golpe de Estado’.

Tras la avalancha de opiniones en desacuerdo como de enojo, la mayoría de la clase política, el partido de Gobierno y sus congresistas guardaban silencio, la reacción y rechazo por parte de estos se dio sólo cuando el expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez trinó en contra del intento de cambio en la Constitución. A partir de ese momento se colocaron de parte de la mayoría de la opinión pública y de los congresistas opositores que desde un inicio venían alertando sobre el latrocinio en los poderes públicos.

Lo sucedido este 18 de marzo, no es más si no reacción de acomodo, como si desde el principio lo hubiesen calculado, lanzaron el proyecto esperando que pasara de agache, que no levantará tanta polémica y esperando que fuese desapercibido, así las grandes mayorías y sus poderosas bancadas lo sacarían adelante. Como no fue así y el mundo se les vino encima por lo mismo absurdo y dictatorial, tomaron una postura de demócratas e indignación, dejando en la ‘hoguera’ a más de veinte Representantes a la Cámara de diferentes partidos y que ellos mismos utilizaron, pero bueno, para los actores intelectuales de esta ‘ideota’ son solo unos peones de establecimiento.

Tras semejante intento de aprovecharse de los poderes, algo que no es nuevo en un gobierno uribista, recordemos la reelección de Uribe en 2006 y su intento de hacerlo de nuevo en 2010, deberían haber responsables, y no solo los ‘peones firmantes’, el Ministro de Gobierno debería asumir la responsabilidad política, muy a pesar de negarlo todo cuando el barco se les hundió. La sola concepción de la idea, el lobby que llevan realizando por semanas y la radicación del proyecto debería tener una cabeza visible. Lamentablemente los medios de comunicación se han limitado a titular que el proyecto se hundió pero no dicen nada sobre el atropello a la democracia.

Lo más preocupante de todo esto es que este ‘monstruo’ no está muerto, los golpistas disfrazados de demócratas no se van a rendir y seguirán intentándolo, sigue con fuerza la idea de unificar los periodos de congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, con la disculpa de la pandemia y que el país tendría un ahorro de 4 billones de pesos.

Los que han ostentado el poder por muchos años se encuentran temerosos, o más bien aterrados, un posible Gobierno alternativo en cabeza del Senador Gustavo Petro y otros movimientos con sus líderes más representativos se vuelve más que posible con el pasar de los días. También con la pequeña ayuda de un Gobierno inoperante, de adorno, que solo se encuentra a la espera de órdenes desde ubérrimo, sin carácter, sin apreciar la cruel realidad social y de seguridad del país, no le queda de otra, y no es más que la de comportarse como en cualquier dictadura, lo único que ha sabido hacer muy bien durante estos casi tres años en el poder.

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