La Policía Nacional de Nicaragua reveló este viernes que el obispo Rolando Álvarez está en arresto domiciliario, tras detenerlo en un operativo en la casa-curia de Matagalpa (centro) por presuntos actos de desestabilización del orden.
“El señor obispo se mantiene en resguardo domiciliar en esta Ciudad Capital y ha podido reunirse con sus familiares esta misma mañana”, informó la Policía en nota de prensa, a propósito del operativo que fue criticado por grupos opositores, religiosos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Según el texto, el allanamiento de la Diócesis de Matagalpa respondió a la ausencia de mensajes positivos del obispo y siete de sus colaboradores, dos semanas después de que el oficialismo acusara a monseñor Álvarez de organizar grupos violentos para perpetrar actos de odio contra la población.
“Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia, y sentido de responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa, que nunca llegó a darse y que, al persistir las actividades desestabilizadoras y provocadoras, hizo necesario el citado operativo de Orden Público”, agrega la nota.
El texto refiere que el cardenal Leopoldo Brenes, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y reconocido crítico del presidente Daniel Ortega, visitó a Álvarez y conversó ampliamente con el detenido, cuyos colaboradores fueron tratados con respeto a sus derechos.
Fuentes periodísticas precisaron que en el operativo fueron arrestados los sacerdotes José Luis Díaz, Sadiel Eugarrios y Raúl González, el rector de la Universidad Juan Pablo II, Ramiro Tijerino, los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira, y el camarógrafo Sergio Cárdenas.
El exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, exigió la liberación de monseñor Álvarez, y el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, condenó mediante un comunicado lo que calificó de “hechos aberrantes” que “son motivo de alarma y dolor en toda la Iglesia Latinoamericana”.
La CIDH exigió desde Washington, Estados Unidos, la liberación del obispo de Matagalpa y condenó los actos de represión gubernamental contra líderes de la Iglesia Católica en Nicaragua, los que incluyen asedio policial y “declaraciones estigmatizantes por parte de las más altas autoridades del Estado”.
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Los choques entre la Iglesia católica de Nicaragua y la administración Ortega se agravaron tras las protestas antigubernamentales de 2018, que el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional tildó de intento fallido de golpe de Estado.
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Con información de Sputnik.