Hace año y medio Lauren, lucha contra un fuerte cáncer que a su corta edad le ha mostrado el dolor en su cuerpo y en su corazón, debido a las intervenciones médicas. Pero las dolencias no acaban con sus sueños y uno de estos se hizo realidad gracias a la Fundación Todo se Puede en Cristo, el Ejército Nacional y empresas privadas que se vincularon a esta causa.
Sueños de princesas y grandes anhelos tiene Lauren Valentina Garavito Monroy, una niña de nueve años de Villavicencio, Meta que como todas las menores de su edad pone a volar su imaginación con grandes vestidos, coronas y zapatos de tacón.
Su madre, Luz Edilsa Monroy, siente el dolor de ver a su hija sufrir con un cáncer inesperado, una dura prueba que llegó a sus vidas, que tanto Lauren como ella, han afrontado con valentía, siguiendo adelante y sin ceder al negativismo de los diagnósticos clínicos.
Ya son casi dos años, desde que Lauren después de asistir al colegio como era cotidiano, le dijo a su madre que sentía un dolor en su pierna y desde entonces inició el viacrucis para Lauren Valentina, con un cáncer que inició en su pierna izquierda y se extendió a su columna y cadera.
Luego de largos tratamientos oncológicos, radioterapias y juntas médicas que concluyen que no hay mejoría en la niña, sugieren amputar su pierna izquierda, Lauren se pone de pie en medio de los médicos tratantes y con la madurez de una persona que conoce de cerca el sufrimiento, le dijo a su madre: “mamá, cada vez que firmas un papel es un nuevo dolor para mí, por favor ya paremos, vámonos a vivir el tiempo que Dios designe para mí y disfrutemos con mis hermanos y mi papi”.
Ellas en su mente y en el alma tienen una fe inquebrantable, que va más allá de los resultados que arrojan los exámenes médicos, saben que existe un Dios que todo lo puede, que supera lo improbable, retornaron a casa y Lauren un día le dijo a su madre, mostrándole un video: “mamita, yo sueño ser una princesa y tener una fiesta de 15 años, ¿tú me harías esa fiesta?”. La señora Luz sin pensarlo dos veces le respondió que por su puesto, que ella tendría ese día soñado.
Sin recursos, sin saber cómo lograrlo y elevando sus oraciones a Dios comenzó una historia de princesas. Ella recurrió a la Fundación Todo se Puede en Cristo, allí la señora Viviana Rubio, representante legal de la entidad, escuchó este suceso e inició a darle forma a ese mundo imaginario de Lauren.
Esta mujer, creó alianzas con empresas privadas y tocó las puertas del Ejército Nacional; todos estuvieron dispuestos aportar a este deseo que puede ser el último de Lauren Valentina, quien depende de otra junta médica para definir su futuro y de un milagro que solo Dios puede hacer posible.
Vestido, tacones, maquillaje, corona, pastel y lechona para los invitados fueron gestionados por la fundación a través de empresas privadas.
Así mismo, los soldados del Ejército se convirtieron en edecanes para la princesa que estaba por llegar, la Institución dispuso de transporte, del lugar y de los oficiales profesionales de la reserva, que fueron los encargados de dar forma a un lugar mágico de princesas para recibir a una pequeña niña con gran fe y enormes anhelos en su corazón.
Un día inolvidable vivió Lauren y lo demostraba con su sonrisa, con sus ojos llenos de luz y con la energía en su cuerpo que le permitió disfrutar de su fiesta de princesas. Bailando el vals con su padre, familiares y soldados, portando sus zapatillas de quinceañera,
luciendo el anillo que puso su padre, pidiendo un deseo al apagar las velitas del pastel y hasta brincando en saltarín con sus amigos estuvo llena de felicidad la niña.
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Cumplir el sueño de Lauren es una gran satisfacción para la fundación, para el Ejército Nacional y para las empresas que se unieron, demostrando así, que los colombianos trabajan para los colombianos con el corazón.
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