En esta época decembrina, los restaurantes bogotanos se alistan para recibir a los comensales en medio de la reactivación económica que hoy ya está en su aforo máximo y que ofrece a sus clientes un ambiente cálido con todos los protocolos de bioseguridad.
La Candelaria, reflejo de la cultura bogotana
Sin duda, cuando hablamos de La Candelaria, hablamos de la historia de Bogotá porque fue aquí donde se fundó la capital y marcó lo que hoy es la “ciudad de todos” como la reconocen en el país.
En este tradicional barrio está el El Chorro de Quevedo, uno de los iconos más importantes de la historia de Bogotá y uno de los espacios públicos de mayor interés cultural y turístico de la Candelaria.
Cara de perro, La Fatiga, El Cajoncito, Las Culebras, El Pecado Mortal, Patio de las Brujas y Del Divorcio, son algunos de los nombres más curiosos que aún conservan algunas calles del centro de Bogotá y donde el comercio, en especial los restaurantes han tomado protagonismo.
Dos de ellos nos cuentan su nueva oferta en la época donde familias y amigos se reúnen a despedir el último mes del año.
Gato Gris
El Gato Gris es un restaurante con 25 años de trayectoria, ubicado en el tradicional Chorro de Quevedo, que tiene mucha fuerza en el mundo gastronómico por su cocina internacional como la entrada de Palmitos contribuyendo al sector campesino, además tener excelentes preparaciones y platos con los que descrestan a sus comensales, acompañan las veladas de sus visitantes con shows de música en vivo.
“Luego de un tiempo donde no pudimos tener una oferta al máximo de nuestro potencial, en estos meses hemos querido consentir a los visitantes con una oferta gastronómica donde amigos y familias pueden disfrutar de un momento único, con platos deliciosos por los cuales hemos ganado un reconocimiento como referente en el sector turístico impactando positivamente nuestro negocio” asegura Arturo Morales, fundador de El Gato Gris.
Antifaz Club
Las instalaciones del lugar tienen la particularidad que mezclan el estilo clásico con lo moderno, creando un sitio irreverente y agradable para los comensales que los visitan. Su nombre hace alusión a poder ocultar la personalidad y liberarse por medio de un espacio agradable con dos ambientes, música variada.
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“Queremos que por medio de Antifaz puedas ser quien quieras ser, queremos que experimentes cosas que antes no harías, vivir al ritmo de la música y todo lo que nos permite tener un antifaz. Buscamos ser una nueva alternativa en el centro de Bogotá volviendo precursores de la reactivación de la zona histórica. Si nos ayudamos entre todos, vamos a salir adelante más rápido” afirma el fundador de Antifaz.
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