Desde la clandestinidad, al parecer Márquez, insta a realizar “una huelga mundial, una insurrección de los de abajo, una movilización silenciosa con el potente grito humano de la indignación”.
Unidades de la Policía Nacional se incautaron de un cargamento de 149 barras de pentolita que la Segunda Marquetalia pretendía hacer detonar en la Capital de la República.