Como un hecho histórico ha sido calificada la participación de la sociedad civil en la sexagésima sexta sesión de la Comisión de las Naciones Unidas.
Una gruesa representación de la industria del cannabis liderada por empresarios y comunidades campesinas e indígenas de Brasil, Argentina, Colombia, Chile, México, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, viajó hasta Viena para solicitarles a los Estados que armonicen los marcos normativos existentes sobre el cannabis de uso medicinal y el cáñamo industrial.
A través de un Documento de Opinión para los diálogos informales con la sociedad civil, la Red Americana de Asociaciones de Cannabis, REDCANN, busca llamar la atención de este periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes, presidido este año por Colombia, para que se agilice el acceso de los pacientes a medicamentos a base de cannabis.
“La falta de una regulación clara solo beneficia al narcotráfico. Estamos dejando a la deriva el control de la calidad del cannabis, el consumo problemático, el tratamiento de los pacientes y la sostenibilidad de una industria comprometida con el desarrollo económico de América latina”, advirtió Miguel Samper, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis, Asocolcanna, y miembro de Redcann.
Para las asociaciones que conforman esta red, las diferencias normativas y la insuficiente regulación obstaculizan la movilidad de medicamentos y fitoterapéuticos entre los países, entorpecen el acceso de los pacientes a estas medicinas y las convierten en productos exclusivos para pacientes de élite.
Redcann insiste además en que la violencia asociada al mercado ilegal del cannabis está afectando los derechos de los habitantes del continente, se están limitando los derechos de las comunidades que ancestralmente lo han cultivado o consumido, y se multiplican los riesgos para la salud de los consumidores pues son inciertos los estándares sanitarios en el proceso de siembra o producción.
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“El mercado ilegal de cannabis existe, lo que estamos pidiendo es que se regule para proteger la salud y derechos humanos de los habitantes del continente”, concluyó Redcann.
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