Bogotá, Cali, Bucaramanga y Montería iniciarán la implementación de sus proyectos de ciclismo urbano, iniciativa que será posible gracias a la asesoría técnica recibida a través de la cooperación de la Cities Finance Facility (CFF), la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y C40[1], quienes beneficiaron a estas ciudades como “clúster de ciclismo urbano”.
Los resultados de la cooperación permitirán que en estas cuatro ciudades se avance en la estructuración de sistemas de bicicletas compartidas, que permitirán a los ciudadanos contar con bicicletas para su uso en zonas y tiempos establecidos.
Se prevé que con la implementación de estos sistemas se llegará a un total de 4.600 bicicletas de uso compartido, las cuales ahorrarán 600 toneladas de CO2 por año. También se dio apoyo técnico y financiero al proyecto “Ciclo-Alameda Medio Milenio”, que resultará en 19 kilómetros de infraestructura nueva de alta calidad para bicicletas en Bogotá.
Para las organizaciones de la cooperación internacional, los proyectos de ciclismo urbano son claves para la descarbonización del transporte y el desarrollo sostenible. Los directores de CFF, Selina Newell y Martin Dirr, destacaron el liderazgo de las ciudades y las bondades de la movilidad urbana en bicicleta. Mientras que el director regional, Manuel Olivera, resaltó el aporte de la bicicleta y los SBC en la recuperación verde a la pospandemia.
La ministra de Transporte, Ángela María Orozco, subrayó el aporte de los sistemas de bicicletas públicas a las metas de mitigación climática en el sector transporte. También hizo énfasis en la importancia de la cooperación en la transición de pilotos manuales de baja escala a sistemas automatizados y modernos.
Gobiernos locales se comprometen con los SBC
El sistema de Bucaramanga, llamado “Clobi”, tendrá una expansión y modernización que resultará en un sistema de 583 bicicletas y 53 estaciones, en un área de operación de 8,6 km2. El alcalde, Juan Carlos Cárdenas, afirmó su compromiso con la promoción de la bicicleta y señaló los impactos positivos del sistema en su ciudad. Se espera que el sistema llegue a tener 85,700 viajes mensuales después de un año y medio de su lanzamiento, generando un ahorro potencial de 70 toneladas de CO2 al año. Cárdenas resaltó que para que el sistema de bicicletas públicas tenga éxito, la ciudadanía debe apropiarse de él.
Carlos Ordosgoitia, alcalde de Montería, considera que la bicicleta pública es un símbolo de la promoción de la bicicleta en su ciudad y una forma de devolverle la ciudad a los ciudadanos. En Montería, donde el sistema manual “BiSinú” opera desde el 2016, la expansión y modernización de este se financiará parcialmente con los recursos del Fondo Verde de Clima (GCF). El sistema ampliado ofrecerá 697 bicicletas en 69 estaciones que estarán ubicados en un área de 11,6 km2 del centro y sur de la ciudad. Se espera que llegue a tener 108,400 viajes mensuales tras un año y medio de operación, ahorrando 85 toneladas de CO2 al año.
En Cali, el sistema se implementará en el centro de la ciudad en una zona de 12,1 km2, con un total de 1093 bicicletas y 102 estaciones. Se espera que un año y medio después de su lanzamiento, atraiga hasta 180,300 viajes mensuales y ahorre hasta 135 toneladas de CO2 al año. El secretario de movilidad, William Vallejo, explicó cómo el sistema de bicicleta pública puede ayudar a convertir la ciudad en una “ciudad inteligente”, la cual incluye el suministro de internet en el espacio público. El sistema acompañará a otros esfuerzos de fomento de la cultura de la bicicleta, para posicionarla como alternativa de transporte.
En Bogotá, la propuesta de implementación es distinta: se contemplan dos formas jurídicas de autorizar la operación de un sistema de bicicletas compartidas por privados. Nicolás Estupiñán, secretario de Movilidad de Bogotá, afirmó que, después de muchos años de intentos fallidos, “Bogotá merece su sistema de bicicletas públicas”’. Sin embargo, para él, se necesita ir más allá de tener “más bicicletas en la calle”, ya que faltan servicios complementarios como ciclo-parqueaderos. Por este motivo, el modelo de implementación en Bogotá financiará la implementación de esta infraestructura complementaria, que también podrá ayudar a cerrar la brecha de género.
Los expertos técnicos de la cooperación destacaron la importancia de buscar y confirmar más fuentes de financiación, como la publicidad exterior y las regalías, y de reafirmar el interés del sector privado para llevar a cabo las inversiones y la operación de los sistemas. Mariel Figueroa, experta en sistemas de bicicletas públicas, afirmó que “Colombia es un mercado muy interesante”, por sus “tradiciones de ciclismo urbano” y la “importancia de la bicicleta para las ciudades”. Y enfatizó en la importancia de avanzar en procesos paralelos que puedan fortalecer la bicicleta, como la implementación de ciclo-infraestructura.
[1]C40 es una red de megaciudades del mundo comprometidas con abordar el cambio climático. C40 ayuda a las ciudades a colaborar de manera efectiva, compartir conocimientos e impulsar acciones significativas, medibles y sostenibles sobre el cambio climático. https://www.c40.org/about