Arranca en Catar una nueva cita orbital para el fútbol, 32 selecciones lo dejarán todo en las canchas representando a cada uno de sus países y buscando obtener la tan anhelada Copa Mundo.
Lo que comienza mal… ojalá no termine mal
Tras una polémica elección de Catar como sede de este magno evento, se suscitaron grandes señalamientos contra la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), donde el dinero sobrepasó en importancia al honor del deporte catalogado como el mejor espectáculo del mundo.
Ahora, conociendo la infraestructura de los estadios, la tecnología y las comodidades locativas para jugadores y aficionados, no cabe duda que sobre el papel es el mundial más caro de la historia, donde según reporta la organización se ha invertido la exorbitante cifra de US$220.000 millones. Pero el popular y tan necesitado billete no lo es todo, este Mundial ha tenido desde su preparación situaciones lamentables como las extenuantes jornadas de trabajo para cumplir con las fechas de entrega de obras y el fallecimiento de varios trabajadores mientras hacían parte de la construcción de estadios.
Hoy, recordamos y brindamos un homenaje a todos aquellos que entregaron hasta su vida para lograr la culminación de esos majestuosos escenarios, no obstante, con el producto terminado y a la vista de los deportistas, aficionados y visitantes, nacen otras polémicas que se tratan de opacar nuevamente con el dinero. Tal es el caso de vacíos en derechos humanos, diversidad, inclusión y la igualdad de género; la reglamentación a la expresión pública de sentimientos y emociones; así como la decisión a pocos días de la inauguración, de impedir en los estadios el comercio de cerveza, afectando a uno de los patrocinadores que acompaña el evento desde 1986; todo por situaciones y leyes que se sabía existían en este país, pero que al parecer en la elección de la sede la FIFA restó importancia y ahora empañan el Mundial de Fútbol.
Entre tanto, los símbolos en los aviones que transportaron a las delegaciones, la tendencia del periodismo a darle el valor humano al certamen, las declaraciones de jugadores y técnicos, entre otros, han demostrado que a pesar de ser el mundial más caro de la historia no será el mejor en cuanto a otros valores que fuera del dinero preocupan más a la sociedad y el deporte en el mundo actual.
Pero tal fue el impacto frente a todo esto que la FIFA no tuvo otra opción que salir con su cabeza principal, Gianni Infantino, a ‘lavar la imagen’ del certamen, pero volviendo a colocar la parte económica como su eje principal. Aunque la situación lo ameritaba, su declaración, en la que tildó de “hipócrita” y de “doble moral” las reacciones del mundo occidental, para muchos, ahonda aún más en la mala imagen que ahora tiene la FIFA.
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No queda otra cosa sino esperar que se dé el pitazo inicial para que el fútbol cierre brechas, una corazones, aceptemos el verdadero valor de las personas y aprendamos que lo más caro no siempre es lo mejor.
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