Carlos Gardel y su relación con el Foxtrot, la década infame del tango, las duplas creadoras del tango, el rock, cantores que siguieron la herencia de sus padres, las huellas en Venezuela y en Manizales (Colombia), son algunos de los capítulos de la obra El Universo del Tango (Tomo16) del escritor colombiano Asdrúbal Valencia Giraldo.
El foxtrot o fox- trot, es un popular baile que nace en Estados Unidos con las primeras orquestas de Jazz a principio del siglo XX y en “el decenio de 1920 se extiende por todo el mundo y llega al Universo del Tango, de modo que las orquestas típicas lo interpretaron y las gentes del tango se apropiaron de este ritmo”, sostiene el autor.
Es a finales de los años 20 que el ritmo se popularizó en Argentina y el tango empieza a compartir espacio con el foxtrot que significa, “trote del zorro”, en alusión a las primitivas danzas negras que imitaban pasos de animales y en las que se inspiraron los primeros bailarines de foxtrot.
Gardel, “El Zorzal Criollo”, también se dejó influenciar por el popular baile estadounidense y en su “repertorio internacional incluyó 19 grabaciones de temas catalogados como shimmies y foxtrots”.
La primera grabación de Gardel de un shimmy, antecesor del foxtrot (1922) fue Yo no puedo vivir sin amor, del musico y compositor francés Charles Gastón Gabaroche.
En el capítulo Los tanqueros y el foxtrot, Valencia Giraldo desarrolla cómo llegó el baile a las tierras de Gardel y su última grabación con el tema Rubias de Nueva York, que hizo con Alfredo Le Pera, para la película El Tango en Broadway.
“El Universo del Tango” es un proyecto editorial que “empezó en 2011 bajo el auspicio de la extinta Academia Colombiana del Tango y que fue continuado por la Tertulia Evaristo Carriego, la misma que tiene un programa de tango en la Emisora Cultural de la U. de A”, explica Valencia Giraldo a Notistarz, quien es el autor de los 16 volúmenes que se han publicado entre el 2011- 2021.
El autor es ingeniero con maestría en la Universidad de Wisconsin (EUA), profesor emérito de la Universidad de Antioquia y es un investigador apasionado de este género que es “música de retorno, un lugar en el camino al que siempre volvemos porque es inagotable (…) porque el tango se interpreta, se canta, se baila y se escribe”, como lo subraya- en la presentación del libro- el filósofo, literato y tanguero, Andrés Acosta Zapata.
En este “Universo del tango, en esta galaxia 16 – comenta el autor del libro- siguen apareciendo nuevos mundos y en este hay, básicamente, personas, lugares y épocas, amén de algún ritmo. Como personas se reseñan los padres e hijos que han actuado e interactuado en los distintos aspectos de la tanguitud, incluyendo a veces los nietos y hasta los biznietos”.
También están “las duplas compositor – autor que han sido prolíficas- o notables, en la creación de tangos, milongas y valses que han perdurado. Están las pregoneras y pregoneros, seres importantes en la historia de la comunicación en las ciudades del mundo y por tanto en las tierras del tango. Están en este volumen 16, también, el escritor Manuel Gálvez y sus relaciones con el tango, un tanguero consagrado de Medellín, como don Octavio Arias”.
En el capítulo sobre el tango en Venezuela, el autor plantea que “la huella del tango en este país “es ancha y profunda y su mapa bien merece figurar en la geografía del Universo del Tango, porque ha producido tangos y tangueros de gran calidad”.
En cuanto a las épocas, “se examina brevemente la Década Infame en Argentina y cómo el tango dejó testimonios sobre ella. Para apreciar la evolución del tango se estudian las nuevas letras de tango y los diferentes letristas y su sensibilidad”.
Esto sólo – anota el autor- “muestra la variedad de este Universo del tango, esperando que este volumen 16 reciba el mismo aprecio que los anteriores. Cada tomo tiene en promedio 13 capítulos independientes que tratan sobre los diversos temas que, de una u otra manera, se relacionan con el tango, o aparecen en sus letras”.
Valencia Giraldo recuerda al escritor colombiano Manuel Mejía Vallejo (1923-1998) con la frase: “El tango lo dice todo, ni que uno mismo lo hiciera” y al argentino Leopoldo Marechal (1900- 1948) con la expresión: “El tango es una posibilidad infinita”.
Por: Edelmiro Franco / Notistarz