En un momento en que la salud mental se ha convertido en un tema de primer orden, el éxito de la película “Intensamente” ha puesto sobre la mesa una reflexión profunda acerca de cómo manejamos nuestras emociones.
Este fenómeno cinematográfico no solo ha cautivado a adultos y niños, sino que además, ha abierto la puerta a un debate necesario sobre la importancia de la inteligencia emocional en nuestra sociedad.
La Dra. Laura Villamil, reconocida psiquiatra, afirma que “las respuestas emocionales de cada ser humano son únicas, y en ocasiones completamente indescifrables”, lo que explica el por qué algunas personas desarrollan trastornos del sistema nervioso central mientras otras no. Y es justamente esta particularidad en la forma de experimentar y expresar emociones está en el centro de la discusión actual.
Según la experta, nuestras reacciones emocionales son el resultado de complejos procesos fisiológicos que pueden manifestarse de diversas formas. “Ante los estímulos, las emociones se reflejarán mediante risas, llanto, gritos, etc.”, explica Villamil. “El cerebro genera ciertas respuestas a nivel de nuestro organismo que las desencadena”, añade, destacando cómo una noticia desagradable puede activar una cascada de reacciones físicas y mentales.
A pesar de su complejidad, las emociones juegan un papel crucial en nuestra evolución y supervivencia. “Son universales y los seres humanos pasamos por todas a lo largo de nuestra vida”, señala la Dra. Villamil, enfatizando que lo que varía es el desencadenante de cada emoción, influenciado por factores culturales, religiosos y sociales.
El impacto de las emociones en nuestro desarrollo cerebral es significativo. La experta indica que “de acuerdo con las emociones que se vayan viviendo y a las situaciones que las desencadenan, nuestros cerebros irán generando nuevos circuitos de aprendizaje”. Esta plasticidad cerebral subraya la importancia de una adecuada gestión emocional desde temprana edad.
La universalidad de las emociones no implica una experiencia homogénea. “Aunque las emociones se viven de forma única, nadie, absolutamente nadie, ha dejado de sentir, y no dejará de hacerlo mientras esté vivo”, afirma Villamil, resaltando la presencia constante de las emociones desde el nacimiento hasta la adultez.
En este sentido, el debate actual se centra en la responsabilidad individual y colectiva en el manejo de las emociones. “Todos los humanos, al tener emociones, debemos responsabilizarnos de su gestión para evitar caer en la enfermedad física y mental”, advierte la psiquiatra. Este llamado a la acción implica un compromiso con el autocontrol y la disciplina, elementos clave para desarrollar una mayor inteligencia emocional.
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La industria del entretenimiento, con películas como “Intensamente”, ha demostrado ser una poderosa herramienta para iniciar conversaciones sobre temas complejos como la salud mental. Este fenómeno cultural no solo ha impulsado la taquilla, sino que también ha fomentado un diálogo necesario sobre cómo gestionamos nuestras emociones en la vida cotidiana.
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