El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió ampliar a otros territorios del país el primer acuerdo logrado entre el Gobierno Nacional y el ELN, mediante el cual esa organización facilitará el retorno de comunidades emberas desplazadas a sus lugares de origen, entre ellos el municipio de Murindó, Antioquia.
Así lo afirmó el Mandatario al intervenir en el Encuentro de Dirigentes del Occidente Antioqueño, evento que se realizó en Dabeiba, donde recalcó que el Gobierno del Cambio no puede permitir que la violencia convierta a Murindó en un municipio moribundo.
Al respecto, el Jefe de Estado expresó: “Murindó, indudablemente, es un municipio excluido en Antioquia. No debería ser así. Murindó es de mayorías étnicas: indígenas y afros. Murindó también políticamente no se comporta como la mayoría de los municipios de Antioquia. Murindó es un municipio organizado socialmente y afectado por la violencia, y la violencia prácticamente está desplazando a su población”.
“Han vuelto a Murindó un municipio moribundo, y nosotros no podemos permitir eso”, reiteró.
En su discurso, el Jefe de Estado recordó que el pueblo embera ha sido afectado por distintos actores de la violencia, “quitándoles la tranquilidad de vivir en sus territorios”.
Frente a esta situación, destacó el acuerdo logrado entre el Gobierno Nacional y el ELN, en cuestión de una semana, en el marco de los diálogos de paz que se llevan a cabo en Caracas, Venezuela.
“Con el ELN se ha empezado una conversación, un diálogo de paz. El primer punto de acuerdo que logramos con el ELN, en escasamente una semana que llevan estos diálogos, es que se permite el regreso de las poblaciones desplazadas por esa organización de territorios indígenas emberas a sus resguardos, con garantía de no repetición y de retorno”, precisó.
“Esto hay que aplicarlo a otras poblaciones. Es decir, el retorno debe ser posible en todo el territorio nacional para cualquier grupo étnico de la población”, dijo.
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Puntualizó que se requiere “el cese de la hostilidad sobre la población en Murindó, de tal manera que su población afro e indígena pueda por lo menos empezar a vivir en paz”, como un paso necesario para encontrar opciones de desarrollo que beneficien a esta población excluida.