La Policía Nacional, a través de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), con el apoyo bilateral de la Agencia Federal de Investigación de los Estados Unidos (F.B.I) y en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, logró la captura de alias “Juan Pablo, el Esmeraldero” y la desarticulación de su organización criminal dedicada al tráfico de cocaína hacia los Estados Unidos, con la captura de ocho de sus integrantes en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) y los municipios de San Luis de Gaceno y Guateque (Boyacá), Aguachica (Cesar), Guamal (Meta) y los municipios de Soacha y Cáqueza (Cundinamarca).
La investigación que duró más de cuatro años, tiempo en el que se obtuvo suficiente material probatorio en contra del cabecilla y de los integrantes de esta organización criminal transnacional, arrojó como resultado la incautación de nueve cargamentos de cocaína en diferentes partes del país, que eran transportados en vehículos con compartimentos de doble fondo usados para ocultar el alcaloide, que iba a ser llevado hasta la costa atlántica y La Guajira por vías nacionales para posteriormente ser camuflada en lanchas rápidas y enviarlas a Centroamérica y Estados Unidos.
“Juan Pablo, el Esmeraldero”, sería la persona encargada de coordinar el transporte, almacenaje y envió de la cocaína desde los Llanos orientales y los departamentos de Putumayo, Cauca, Huila, Cundinamarca y la zona del Catatumbo hacia la costa atlántica por rutas nacionales. Según la evidencia recolectada mediante controles técnicos.
Este capo tenía contacto con varios propietarios de laboratorios clandestinos de producción de clorhidrato de cocaína y pagaba fuertes sumas de dinero para que grupos armados organizados brindarán protección a sus cargamentos.
Para llevar a cabo el ilícito, el cabecilla contaba con sus secuaces conocidos como el “Mono”, “Tino”, “Yesid”, “Dairon”, el “Negro”, el “Demonio”, “Eduver” y “Rafael”, quienes eran sus fichas clave distribuidas estratégicamente en los departamentos del Meta, Boyacá, Cundinamarca, Norte de Santander y Cesar; además los investigadores lograron establecer que en varias ocasiones el narcotraficante, los hacia viajar a la capital del país, para sostener reuniones en diferentes casas de cambio ubicadas en un reconocido sector comercial de Bogotá, donde daba instrucciones a sus socios y también entregaba y recibía dineros producto del envío de estupefacientes hacia el exterior.
Este sujeto tenía su centro de operaciones en el municipio de Guateque en el departamento de Boyacá, de donde es oriundo y en donde tenía varios puntos para el ocultamiento de vehículos cargados con cocaína; era allí donde también realizaba modificaciones a los automotores y desde donde daba órdenes a sus colaboradores en todo el país.
“Juan Pablo” tenía amplio conocimiento en cuanto al negocio de las esmeraldas, por eso su alias del “Esmeraldero”, además utilizaba la fachada de comerciante de estas piedras preciosas, siendo propietario de una mina de extracción de este mineral en el municipio de Chivor en el departamento de Boyacá, la cual utilizaba para ocultar sus actividades ilícitas.
Después de analizar documentos e información patrimonial se estableció que, el “Esmeraldero” poseía varias propiedades y vehículos de alta gama a su nombre, entre ellos, camionetas con blindaje para su protección; de igual manera, tenía para su defensa varias armas de fuego de corto y largo alcance, con las cuales alardeaba en fotografías.
Mediante análisis contables forenses se determinó que habría incrementado su patrimonio económico sin justificación y que igualmente ocultaba varios de sus bienes utilizando familiares o terceras personas, dejándolos escriturados a su nombre.
Debido a este incremento patrimonial injustificado, se dio apertura a una investigación de extinción de dominio paralela al proceso penal, y como consecuencia de esta, basado en el material probatorio recolectado y los hallazgos encontrados, se identificaron 21 bienes de propiedad de los investigados, avaluados en más de 10 mil millones de pesos, ubicados en los departamentos de Boyacá, Meta, Cundinamarca y Norte de Santander, entre los que se encontraban un lujoso hotel, casas, fincas y lotes de grandes extensiones, los cuales estaban inmersos en las causales de extinción del derecho de dominio.
A “Juan Pablo, el Esmeraldero” y a los ocho capturados se les imputaron los delitos de concierto para delinquir con fines de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y un Juez de control de garantías les profirió medida de aseguramiento en centros penitenciarios de las ciudades de Cúcuta, Tunja y de los municipios de Guateque (Boyacá) y Aguachica (Cesar).