El boxeador colombiano Céiber Ávila obtuvo, por segunda vez consecutiva, un diploma olímpico al perder el combate ante el ghanés Samuel Takyi en los cuartos de final del torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
La pelea fue reñida desde su inicio y al final la votación fue igual para los cinco jueces: 29-28, tres para el africano y dos para el colombiano. La decisión dividida de los jueces, 3-2 dejó sin opción de medallas al colombiano.
Para el primer round Ceiber salió a presionar y sacó ventaja con contundentes golpes que estremecieron al ghanés.
Los cinco jueces dieron como ganador del asalto al colombiano.
En el segundo, Takyi mantuvo la distancia, aprovechando el largo alcance de sus brazos, no dejó conectar al colombiano y sumó golpes para emparejar la pelea.
Tres jueces dieron empate y dos se inclinaron a favor del Ceiber Ávila, lo que obligaba a Samuel Takyi a atacar en el último asalto.
El tercer round fue parejo, con intercambios en corto, ambos conectando uppers y ganchos hasta el toque de la campana. El ghanés, una máquina de lanzar golpes, por momentos inquietó al colombiano, quien mantuvo su estilo y también conectó. La pelea quedaría en manos de los jueces.
El fallo, por decisión dividida dejó a Céiber sin medallas, pero con un diploma olímpico, el segundo consecutivo ya que en Rio 2016 también lo había obtenido.
Para muchos fue una sorpresiva decisión ya que el pugilista colombiano había ganado dos de los rounds y en el tercero también conectó a su rival.
Fueron tres jueces con puntuación de 29-28 los que le abrieron la puerta a la medalla a Samuel Takyi.
“Fue una pelea bastante dura, lo hemos dado todo, no era lo que yo esperaba, yo me preparé duro para algo fuerte y bueno no se pudo cumplir, queda el agradecimiento a todo el pueblo colombiano al Comité Olímpico Colombiano y al Ministerio del Deporte y vamos a ver qué sigue para mí.” Afirmó el colombiano luego de su combate contra el ghanés.
“Traté de mantener el ritmo del primer round, el muchacho muy fuerte, yo lo impactaba y él nunca bajó su ritmo, mis fuerzas se fueron acabando y por más que trataba de aguantarlo de contragolpear, en algún momento el rival se fue para atrás y hasta ahí llegó mi fuerza.” Concluyó Ávila.