En Colombia expidieron la Ley 1831 y la Resolución 3316 para la instalación y uso de desfibriladores automáticos externos, en espacios de alto tránsito de público.
Se estima que, de 38.475 paros cardiorrespiratorios, solo el 10% de quienes lo sufren logra sobrevivir. Con el uso de DEA, la proporción de supervivencia se incrementa a casi el 90%.