Los representantes de 31 organizaciones de pescadores y siete consejos comunitarios, pertenecientes a tres departamentos y siete municipios ribereños, encontraron en un aula de clase la oportunidad para profundizar sus conocimientos sobre el río Magdalena.
Dejando momentáneamente a un lado sus canoas, mallas y atarrayas, asistieron puntualmente, y por cuatro meses seguidos, a las jornadas de educación del proyecto Remando Juntos.
Este proyecto de formación tuvo una inversión de 171 millones, y se logró gracias a la alianza entre la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) y la Corporación Desarrollo y Paz del Canal del Dique y Zona Costera.
El director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, resaltó la labor realizada para lograr estos acercamientos con la comunidad de pescadores, quienes permanecen en continuo relacionamiento con el río: “Beneficiamos a 108 personas de las diferentes asociaciones comunitarias y de pescadores, brindándoles un acompañamiento formativo, y entregándoles insumos tecnológicos y herramientas de pesca para la continuidad de su trabajo en el río, velando siempre por la preservación socioecosistémica”.
Fueron más de 15 encuentros pedagógicos los realizados, en los que el enfoque fue muy claro: la recuperación de la navegabilidad del Río Grande de la Magdalena y la restauración de los ecosistemas degradados del Canal del Dique.
“El río es un todo. Por eso la importancia de estar en continuo aprendizaje, para de esta forma generar desarrollo en nuestras comunidades. Nos educamos en temas que antes no conocíamos, como los procesos legislativos o institucionales que nos permitirán proteger nuestros derechos y deberes como ciudadanos”, comentó José Barcasnegras, líder de la Cooperativa de Pesca y Agricultura (Coagropez) del corregimiento de Higueretal, en el municipio de San Cristóbal, Bolívar.
La primera fase del proyecto “Remando Juntos” se realizó en los departamentos de Atlántico, Bolívar y Sucre a través de mesas de trabajo presenciales, siguiendo los protocolos de bioseguridad, en los municipios de Calamar, Arjona, San Cristóbal y María La Baja, y los corregimientos de Pasacaballos, Puerto Badel y Rocha, en Bolívar; Santa Lucía, y Suan, en Atlántico, y San Onofre en el departamento de Sucre.
“El proyecto está orientado a fortalecer las asociaciones de la sociedad civil, especialmente a los pescadores, miembros de los consejos comunitarios y comunidades negras en temas de formación como sujeto social y político, conociendo la visión ancestral del río y las acciones que se desarrollan desde el Gobierno nacional para recuperar la navegabilidad por el Magdalena”, indicó Beatriz Salas, coordinadora de procesos de la Corporación Desarrollo y Paz del Canal del Dique y Zona Costera.
En estos espacios de relacionamiento, María Isabel Salas, representante legal de la Asociación de Pescadores ‘La Inmaculada’, en el municipio de Calamar, destacó la importancia de acceder a este tipo de información para luego ser vocera de todo lo aprendido con sus 10 pescadores asociados: “Estos procesos nos sirven para mantenernos en constante actualización, a veces sabemos lo básico, pero integrando a todos estos profesionales y los compañeros de otras organizaciones podemos compartir ideas y experiencias para aplicarlas”, agregó Maria Isabel.
“Remando Juntos” tuvo 150 horas de formación y cinco módulos de aprendizaje enfocados al liderazgo, democracia participativa, estado e institucionalidad, gobernanza del agua, desarrollo local y ordenamiento territorial – ambiental.
Son todas temáticas enfocadas a la actualización de conocimientos para el logro y mantenimiento de una pesca sostenible que proteja al río Magdalena y brinde desarrollo social y económico a los municipios ribereños, impulsando sus acciones y programas para el fortalecimiento de la participación ciudadana y el trabajo integrado entre la comunidad y las instituciones.