Forjado sin atajos, sin ayuda, sin respaldo institucional en sus inicios, la vida de Carlos Mario Patiño representa lo que significa florecer en medio del desierto. Y su historia no podría tener mejor escenario para proyectarse que la edición número 25 de la media maratón de Bogotá.
Patiño no llegó al atletismo por un club, ni por recomendación de algún entrenador. El en realidad, este deporte lo encontró a él. Mientras cursaba justamente la materia de atletismo en su carrera universitaria, una mala nota lo obligó a presentarse a una competencia como parte de la recuperación académica.
Fue a correr un cross country de 5K con unos guayos de fútbol callejero, los únicos que tenía. “Me pegué al primero porque soy muy competitivo, y al final la gané. Nunca había corrido, pero ahí sentí que tenía resistencia… y, sobre todo, muchas ganas de ganar”, recuerda el corredor del Equipo Porvenir.
Lo que pareció ser simplemente una anécdota universitaria se convirtió en un proyecto de vida. Al mes de empezar a entrenar en serio, se inscribió en otra carrera. Esta vez, ganó medio millón de pesos. Era lo mismo que ganaba en dos semanas trabajando en una pizzería. “Ahí fue cuando dije: voy a vivir del atletismo. De correr”.
Pero antes de tomar esa decisión, Carlos era parte de la barra Holocausto Norte del Once Caldas, equipo al que apoyaba con fervor desde niño. Vivía el fútbol con intensidad, y con ello también lo que implicaba ese ambiente. “Pasé de estar en entornos donde había alcohol, vandalismo y muchas cosas negativas, a convertirme en un atleta que inspira. Para mí ha sido muy impactante, y también para quienes me rodean”.
El mejor año hasta ahora
Patiño viene de una de sus temporadas más exitosas. En 2024 fue campeón en las maratones de Barranquilla y del Valle, subió a más de diez podios en pruebas de 10K y 21K, y además se consagró como el segundo mejor colombiano en la media maratón de Bogotá 2024, donde cruzó la meta en la posición 12.
“El 2024 fue un año de muchos triunfos, pero también con altibajos por lesiones. Corrí demasiado. Ahora ya aprendí a regularme, a descansar y a escoger bien las competencias que quiero correr”, dice con madurez.
Por primera vez, Carlos llega a la mmB como integrante del Equipo Porvenir, la escuadra más importante del país en atletismo de ruta. “Representar al Equipo Porvenir significa muchísimo para mí. Siempre soñé con estar ahí”.
“Cuando empecé a correr, ellos eran mis ídolos. Ya había corrido esta carrera dos veces, pero ahora lo hago con la camiseta que siempre quise vestir” y es que correr en Bogotá no es fácil; La altitud, el recorrido exigente y la presión del ambiente hacen que cualquier error se pague caro. En 2024, llegó días antes, hizo trabajos de ritmo y cuidó cada detalle de su alimentación.
Este año, la preparación ha sido aún más exigente. “He bajado un poco el volumen de running y he metido bicicleta para mejorar la oxigenación. Voy a hacer una carrera mucho más táctica y estratégica: salir regulado, marcar un ritmo fuerte pero sostenible y apretar al final”, añade convencido de su objetivo para este año.
“Quiero meterme en el top 10 de la general y estar entre los tres mejores colombianos”.
Pero su mirada va más allá. “Este año también quiero correr la Maratón de Buenos Aires, volver a Medellín y competir en varias medias maratones por Colombia”, cuenta con entusiasmo.
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Patiño no solo quiere dejar marcas. Quiere dejar un legado. “Mi ejemplo no es solo deportivo. Quiero que me recuerden como alguien íntegro, honesto, una buena persona. Que las nuevas generaciones vean que se puede llegar lejos entrenando bien y con humildad”.
Con el corazón en Manizales, los pies en el asfalto y la mirada fija en la meta, “La Potra” se prepara para una nueva batalla. La mmB 2025, lo espera.
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