La industria de la construcción en Colombia está dando pasos importantes hacia un futuro más verde. En un esfuerzo por reducir el impacto ambiental y fomentar el uso eficiente de los recursos, diversas iniciativas sostenibles están ganando terreno en este sector. Estas no solo disminuyen la huella ecológica, sino que también promueven un desarrollo urbano más inclusivo y resiliente.
La construcción sostenible se basa en el uso de materiales ecológicos, el diseño eficiente del espacio y la incorporación de tecnologías que optimicen el consumo de energía y recursos naturales. Esta metodología contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, minimiza el desperdicio de materiales y favorece la biodiversidad, sin comprometer la funcionalidad ni el confort de los espacios.
Cada vez más especialistas reconocen el valor de incorporar elementos naturales dentro de los espacios construidos, con enfoques que buscan fortalecer una conexión con un paisaje visual más “verde” y puro. Al integrar la naturaleza en las viviendas, se mejora la eficiencia energética y se promueve la biodiversidad, mientras se crean entornos más saludables, agradables y resilientes ante los desafíos del cambio climático.
Integrar la naturaleza en las construcciones no solo es un acto de responsabilidad ambiental, sino también una herramienta poderosa para transformar la calidad de vida física y emocional de las personas. “En un país caracterizado por su diversidad ecológica y paisajística, el entorno natural juega un papel fundamental en la creación de espacios urbanos más sostenibles, agradables y saludables para la comunidad”, asegura el Gerente General de CrearCimientos, compañía dedicada al desarrollo de proyectos inmobiliarios. Esta empresa ha adoptado prácticas más sostenibles y comparte algunas de las tendencias importantes en eco-urbanismo y su impacto en la sociedad colombiana.
Principales tendencias
- Infraestructura más verde: Soluciones basadas en la naturaleza y el paisajismo, que incluyen la implementación de techos verdes, corredores ecológicos y más. En departamentos como Antioquia, se están llevando a cabo proyectos innovadores que marcan el camino de la construcción sostenible en el país. Un ejemplo de ello es Reserva Silvestre, una parcelación en el Oriente Antioqueño con un diseño urbanístico y paisajístico único, que minimiza la tala de árboles y está rodeada por más de 1 millón de metros cuadrados de reserva natural.
- Economía circular: Se promueve la reutilización, el reciclaje y la reparación de materiales y productos, en lugar de un modelo lineal de “tomar, hacer y desechar”. Esto se traduce en una gestión eficiente de los residuos.
- Desarrollo social e inclusión: Entornos urbanos inclusivos, donde todas las personas pueden acceder a servicios, espacios verdes y una buena calidad de vida.
- Movilidad sostenible: Uno de los pilares fundamentales es el desarrollo de sistemas de transporte sostenible, como el fomento del uso de bicicletas y la caminabilidad, lo que contribuye a la restauración de un entorno más limpio. Desde Reserva Silvestre se han generado más de 5 km de senderos para caminar y disfrutar de la naturaleza al aire libre.
- Tecnologías inteligentes: Esta tendencia está transformando la construcción a través de sensores, análisis de datos, plataformas digitales, entre otros. Estas herramientas permiten tomar decisiones más informadas y crear soluciones personalizadas para problemas urbanos, como el desperdicio de recursos. En Reserva Silvestre, se ha utilizado un material eco amigable, un concreto permeable que permite la irrigación de la capa subsuelo, es antideslizante y de alta durabilidad, lo cual se traduce en bajos costos de mantenimiento a largo plazo.
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De esta manera, apostar por una construcción sostenible no solo responde a la necesidad urgente de mitigar el impacto ambiental, sino también a la oportunidad de innovar y transformar la industria hacia prácticas más responsables, eficientes y resilientes. A través del uso de materiales ecológicos, energías renovables, diseño eficiente y técnicas de construcción más verdes, es posible reducir significativamente la huella de carbono de los proyectos, al mismo tiempo que se generan beneficios a largo plazo para las comunidades y las generaciones futuras. En conclusión, la construcción sostenible no es solo una tendencia, sino una responsabilidad y una vía hacia un futuro más equilibrado, tanto para las ciudades como para el planeta.
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