Angélica Rincón, ama de casa bogotana, madre de tres hijos, es una de las pocas personas que ha soportado tres Ataques Cerebrovasculares (ACV) y este 29 de octubre, en el marco del Día Mundial del Ataque Cerebrovascular, quiso compartir algo de su experiencia para que no nos descuidemos ante esta enfermedad de la cuál estamos en riesgo latente.
Angélica, acompañada de algunos integrantes de su familia, como son su hija menor Verónica y su esposo Ricardo, cuenta que lo más difícil de la enfermedad es aceptar que después de que ella antes era muy activa y hacía muchas cosas, hoy producto del ACV su vida es muy limitada, no obstante agradece a Dios y sus seres queridos todo el sacrificio y el amor con el cual ha salido adelante y ha avanzado en su neurorrehabilitación
El Doctor Julián Alejandro Rivillas, neurólogo del Hospital Universitario Fundación Valle de Lili, explicó que el primer Ataque Cerebrovascular de Angélica se produjo en 2018 y en los tres años siguientes se le presentaron los otros dos ACV.. Hoy, Angélica tiene 51 años de edad, y el Dr. Rivillas afirma que este es un caso excepcional ya que en el tratamiento de la enfermedad le fueron aplicados los dos procedimientos. la trombólisis y la trombectomía, luego vivió cuatro días en coma inducido y salió con las secuelas que ha podido y continúa superando con el paso del tiempo, no obstante su calidad de vida se ha visto afectada así como la de su familia que obviamente estuvo obligada a cambiar su rutina diaria.
Entre tanto, su hija Verónica contó los momentos de angustia que vivieron en familia en el momento del primer ACV y que la ayuda de una enfermera conocida fue fundamental en la reacción para que Angélica recibiera la atención adecuada a tiempo. Eso si, aclaró que después del tercer ACV, ella si pensó que su madre iba a sufrir parálisis permanente del lado izquierdo y debió ayudarla a todas sus labores desde el baño hasta la más simple movilidad y actividad diaria ya que “parecía una bebé”.
Rodrigo, por su parte, comentó que no pudo seguir con su trabajo y ahora está dedicado al cuidado y recuperación de su esposa y expresó que una de las cosas más difíciles es el transporte al hospital y la falta de citas para la terapia, “son solo dos terapias de 20 minuticos a la semana”. Según el esposo de Angélica, no ha recibido capacitación sobre las terapias que debe hacerle en casa a su esposa y le impiden ingresar a las sesiones en el hospital por lo que le ha tocado guiarse por otros medios tecnológicos como Google para aprender más sobre cómo ayudar a su esposa.
Frente al sistema de salud, Angélica afirma que ha sufrido con la dificultad del acceso a las terapias de rehabilitación y con la no entrega de los medicamentos necesarios para su adecuada recuperación.
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Entre las secuelas que le quedaron a Angélica está la parálisis total del lado izquierdo, la afectación en el habla, la pérdida de fuerza en sus extremidades y la afectación en la movilidad. Cabe anotar que su calidad de vida fue impactada, pero el amor y la dedicación de su familia han logrado avanzar en su recuperación.
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