El presidente Gustavo Petro Urrego enfatizó que para salvar la selva amazónica se requiere de una importante inyección de recursos por el orden de los 2.500 millones de dólares anuales, lo que implica un cambio de deuda pública por acción climática y no de limosna.
“Necesitamos un flujo de aproximadamente 2.500 millones de dólares al año para lograr revitalizar el espacio ya deforestado y para mantener a través de los años la construcción de una bioeconomía, es decir, de una economía con la selva y no contra la selva, lo que implica sostenerla”, indicó.
El mandatario, que participa en la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), manifestó que Colombia puede financiar la acción climática que necesita la selva amazónica para salvar ese ecosistema vital para el planeta.
“Para el caso colombiano lo que proponemos no es cooperación. Lo que proponemos es que nosotros mismos podemos financiar la acción climática que se necesita para la selva, pero para ello necesitamos liberar nuestros propios recursos en la cuantía de 2.500 millones de dólares al año”, explicó.
Agregó que “si no se afecta el sistema financiero a escala global, no hay mecanismos para financiar la acción climática que se necesita”.
Lo anterior —reiteró el jefe de Estado— se debe hacer a partir de cambiar deuda por acción climática, es decir, de reformar el sistema financiero mundial.
“No es la limosna, es un mecanismo poderoso de financiamiento de la acción climática que a escala universal implica un cambio del sistema financiero mundial. Brasil nos propuso a cambio de nuestra propuesta, que es emitir derechos especiales de giro en el FMI (Fondo Monetario Internacional)”, sostuvo.
El punto de no retorno
El presidente Petro señaló que si no se salva la selva amazónica esto significa un punto de no retorno para la humanidad, frente a los niveles de contaminación por explotación de hidrocarburos en los países desarrollados.
“Hoy tenemos una enorme chimenea de CO2 en el norte de América y una esponja en el sur que parcialmente consume, absorbe ese CO2. Si la selva se acaba no hay nada más que hacer. Entramos a lo que se llama el punto de no retorno. Por eso la selva amazónica no es solamente la palabra estratégica. La palabra es vital para la especie humana”, puntualizó.
El mandatario aseveró que la selva amazónica está amenazada por actividades depredadoras como la explotación de petróleo, la minería ilegal y grandes extensiones de ganadería extensiva.
“La selva amazónica vale más que el petróleo que está allí dentro. Es la vida. El petróleo es la muerte. Así de simple. Pero para poder hacerlo, hay que disminuir la emisión de las chimeneas del norte y hay que cambiar el sistema financiero mundial para permitir que se liberen los recursos de los países en general del planeta para que se puedan dedicar a la acción climática”, dijo.
El mandatario participó en el panel titulado “Buscando un equilibrio para la Amazonía”, dentro de la reunión del Foro Económico Mundial.
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En el panel participaron junto con el presidente Petro el empresario y presentador de televisión brasileño Luciano Huck; la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva; el gobernador del estado brasileño de Pará, Helder Barbalho; el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn; y Fany Kuiru, del pueblo huitoto de la Amazonía colombiana y experta en asesoría jurídica y política en los procesos de concertación.
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