El año 2020 se debió instalar la educación online en tiempo récord y sin mucho conocimiento de cómo realizarlo. La improvisación reinó en la mayoría de las escuelas, Centros de Formación Técnica y universidades. Sin embargo, este año el desafío cambió y la exigencia es lograr calidad en la educación virtual y para eso cada país ha instalado sus propios métodos de fiscalización. Un artículo creado por EDUTIC, muestra lo que está ocurriendo en la región.
El COVID-19 creó un escenario que aceleró diversos ámbitos de nuestras vidas, en la Educación permitió romper mitos y cambiar a la modalidad virtual a casi todos los sistemas educativos del mundo, así como también, ha generado diferentes desafíos y posibilidades de cambios en toda la región latinoamericana, y uno de los temas que han estado trabajando varias instituciones son los ajustes de los mecanismos de aseguramiento de la calidad ante esta nueva forma de enseñanza.
Sin lugar a dudas las tecnologías han hecho posible la continuidad de la educación durante el primer año de la pandemia, en conjunto con los esfuerzos de las comunidades educativas creando nuevas formas de comunicación e interacción en este nuevo entorno virtual.
El desafío para este 2021 es fiscalizar la calidad de la educación que se está entregando y es en lo que las autoridades deben reparar, para poder seguir enseñando durante otro año más de pandemia. ¿Qué están haciendo? La Corporación educativa EDUTIC, recopiló información de Chile, Perú y Colombia, para conocer cómo se está garantizando la educación virtual de calidad, en estos países.
Este estudio muestra que cómo la Superintendencia de Educación Superior (SES) de Chile, ha tenido como desafío fiscalizar el cumplimiento del deber de las universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica de mantener la entrega del servicio educativo de calidad a sus estudiantes. Para esto, durante el 2020 la SES pudo constatar, a través de una fiscalización, que el esfuerzo del sistema por virtualizar las actividades académicas, tuvo resultados satisfactorios. Esto les permitió exigir a las instituciones de educación superior, normalizar la prestación de sus servicios educacionales, utilizando la flexibilización en las medidas adoptadas y contar con un plan adecuado de lo que implica una educación de calidad virtual.
Por su parte, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) de Perú elaboró nuevos instrumentos para incluir la no presencialidad como parte de la regulación de la formación universitaria. Es así como las universidades licenciadas están cumpliendo con los criterios que la SUNEDU ha fijado para la adaptación a la educación en línea, obteniendo resultados positivos.
En Colombia tienen varias instituciones con una extensa trayectoria en e-learning y educación a distancia, esta realidad les permitió crear el “plan padrino”, una iniciativa liderada por el Ministerio de Educación, que consiste en una red de 30 Instituciones de Educación Superior que cuentan con experiencia en la modalidad virtual y asesoran a otras instituciones para sobrellevar la situación generada por la pandemia.
Los avances y las nuevas tecnologías también han ayudado mucho para mejorar la calidad de la educación virtual. Zoom, Microsoft, Google, CANVAS, Blackboard, Moodle, D2L, entre otras, han aportado significativamente para que exista una mejor comunicación y entrega de educación, colaborando a las instituciones de educación superior a tener más cercanía y seguimiento de los avances de sus estudiantes.
No cabe duda que este 2021 la sociedad será más exigente – ya que tuvimos un año para experimentar – los desafíos entonces estarán centrados en cómo escalar las experiencias exitosas y elevar la calidad en los entornos virtuales.